_
_
_
_
_
55ª MOSTRA DE VENECIA

El relativo encanto de Europa

Robert de Niro habla un italiano bastante fluido, pero procura atrincherarse en el inglés cuando concede una entrevista, aunque esté pisando suelo italiano. De la misma manera, el actor intenta mostrarse convincente cuando afirma que Europa le interesa mucho -"me encanta venir por aquí", apostilla sonriente-, pero está claro que Europa se le ha atravesado un poco a raíz del incidente parisino del invierno pasado.En febrero de este año, el actor, furioso por la actuación de un juez francés que le detuvo en relación con una oscura historia de call-girls en París, declaró rotundamente que no volvería a poner los pies en Francia.

No sólo le decepcionó la justicia francesa, sino también los periodistas que se dedicaron a perseguirle con sus cámaras por toda la ciudad. En su actitud siempre un poco desconfiada, un poco tirante, se ve que la herida sigue abierta, pese a que en la película estrenada ayer en la Mostra, Ronin, De Niro chapurrea aceptablemente el francés.

Más información
Robert de Niro asegura que volverá a dirigir y que todavía disfruta con la interpretación

Lo que quedó claro del todo ayer, sin embargo, es que ni el director, ni el guionista, ni los actores de Ronin dominan precisamente el japonés. Lejos de ser un noble samurai que ha perdido a su señor -tal y como se explica al comienzo de la película- el Ronin es un mercenario que no se siente obligado a mantener lealtad alguna hacia el señor que le contrata. Es, en cierto modo, un bandido a sueldo, tal y como explicaron personalmente a De Niro dos periodistas japoneses durante las entrevistas que concedió ayer en Venecia.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_