La amenaza del esmoquin y el "vaporetto"
Después de 20 años de informalidad indumentaria, la Mostra desempolva el esmoquin masculino para sus sesiones de gala. La idea no ha sido del director del certamen, Felice Laudadio, un tipo poco dado a los formalismos, sino de los directores de la Bienal de Venecia, que controlan también la Mostra.Pero Laudadio no piensa dar ejemplo, ya que su modelo para la noche inaugural será un diseño de Ungaro sin corbata de ninguna clase.
Además del anuncio de la obligación de la pajarita, otra noticia -ésta sólo en calidad de amenaza, por fortuna no materializada- inquieta a quienes se plantean acudir a la 55ª edición de la Mostra. Se trata del aviso de huelga formulado por los taxistas acuáticos de la ciudad caso de que se legalice -como ha sido anuncia-do- la situación de la legión de conductores de vaporettos piratas que existe en estos momentos.
Es de suponer que el alcalde, el filósofo Massimo Cacciari, será capaz de controlar esta pequeña rebelión, aunque no sea más que por el buen nombre de Venecia y de su afamada Mostra.
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