Simancas enseña sus tesoros documentales
Una exposición sobre Felipe II abre al público uno de los mayores archivos del mundo
Con cerca de 75.000 legajos que ocupan unos 12 kilómetros y medio de estanterías, el archivo de Simancas es uno de los grandes centros de investigación en el mundo para conocer la historia entre los siglos XV y XIX. A pocos kilómetros de la ciudad de Valladolid, el archivo recibe la visita de unos 25 historiadores cada día, pero sus responsables han decidido ahora, de forma limitada, abrir sus salas al público. El Archivo General de Simancas acoge la exposición Simancas y Felipe II. Un archivo para gobernar el mundo, que permanecerá abierta hasta el año próximo.
Un total de de 66 documentos se han seleccionado para esta exposición sobre Felipe II, todos procedentes de los fondos del Archivo, que se presentan en seis apartados y que van desde la infancia y educación del príncipe; la etapa como regente; su correspondencia familiar; las relaciones con la Corte; su grafomanía, no en vano a Felipe II se le conoce como el rey burócrata o el rey papelero, si bien en su testamento también mandó destruir parte de su correspondencia. Un último apartado está dedicado a los dominios del rey.En opinión de José Luis Rodríguez de Diego, director del Archivo de Simancas, situado a 10 kilómetros de la capital vallisoletana, "el archivo no se puede comprender sin Felipe II, el auténtico impulsor de este espacio documental, donde se guarda la mayor cantidad de legajos para el estudio de la historia europea del siglo XVI y buena parte de la correspondencia, órdenes, cédulas y reglamentos que se conservan de su reinado". Según los estudiosos, el registro de Simancas, con su valiosa documentación de entre los siglos XV y XIX, es uno de los más importante del mundo. Sólo el del Vaticano, en Roma, se le puede comparar en cuanto a volumen de legajos y documentos respecto a esa época.
El propio Archivo General de Indias, en Sevilla, se formó con un importante número de documentos extraidos del cartulario vallisoletano. Así, el 14 de agosto de 1785 más de 3.200 legajos de documentación indiana de los siglos XV al XVII, con sus respectivos inventarios, se embalaron en 257 cajas. En dos expediciones, de 11 y 13 carros, salieron de Simancas con destino a Sevilla. Medio siglo más tarde se notificó a Manuel de Ayala, archivero general de Simancas, que aún no habían sido abiertos los cajones que se habían remitido desde Valladolid a Sevilla.
Abierto a investigadores
El Archivo de Simancas se abrió a la investigación en 1844 y por sus salas pasan diariamente unos 25 investigadores que en gran medida son extranjeros.En los próximos tres años, según sus responsables, "con una inversión superior a los 1.000 millones de pesetas , el archivo sufrirá una profunda reordenación de sus espacios internos que también posibilitará la digitalización de documentos para su posible estudio por los investigadores a través de la red de Internet".El Archivo de Simancas, en poder de la familia Ayala desde 1563 hasta 1815, sufrió de manera muy directa la invasión de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Los soldados franceses desorganizaron muchos bloques de documentos y no hay año en que los investigadores no se sorprendan con documentos al pie de los cuales firman, por ejemplo, Miguel de Cervantes o santa Teresa de Jesús. Según el director del archivo, al margen de los perjuicios ocasionados por los soldados franceses, "se conoce el contenido global de los documentos, lo que se desconoce es el contenido particular de los folios que integran cada legajo concreto".
La muestra Simancas y Felipe II. Un archivo para gobernar el mundo, permanecerá abierta hasta junio del año próximo, y en la actualidad está siendo visitada, sin apenas publicidad, por cerca de 200 personas cada día. Entre otros aspectos el público puede ver documentos como una carta al emperador Carlos V del maestro del príncipe, Juan Martínez Silíceo, fechada en 1536, en la que se da cuenta de los avances del futuro monarca, o las célebres instrucciones de Carlos V a su hijo para que, durante su ausencia, gobernase los reinos hispánicos. También se pueden contemplar los documentos de las famosas Cuentas del Gran Capitán, donde se entraba en pormenores hoy tan peregrinos como el gasto que debía aplicar el capitán en el herraje de los caballos.
Como complemento a la muestra sobre Carlos I y Felipe II, la dirección del Archivo General de Simancas ha montado otra exposición sobre la historia del propio centro, con documentos como la cédula en la que Carlos V ordena el 16 de septiembre de 1540 que se ocupe una de las dos torres del actual edificio del archivo para que se guarde cierta documentación. Será en 1570 cuando Felipe II ordene la demolición de la antigua fortaleza de los almirantes de Castilla y encargue a Juan de Herrera la construcción del cedulario de Simancas.
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