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Abucheos y pancartas reciben a Pujol en su visita al Solsonès para calmar los ánimos tras el incendio

El presidente Jordi Pujol palpó ayer directamente el malestar de los payeses de la Segarra, el Solsonès y el Bages afectados por los incendios forestales de julio. Anunció el apoyo de su gobierno al plan de prevención elaborado por el Consejo Comarcal del Solsonès, pero no pudo evitar recibir abucheos de unas 200 personas y el lanzamiento de huevos, que no llegaron a impactarle, al llegar a la sede del Consejo. Pujol había convocado su primera conferencia de prensa tras las vacaciones a media tarde en Barcelona, pero a esa hora seguía recibiendo quejas en Solsona y tuvo que posponerla al lunes.

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El presidente de la Generalitat inició el recorrido a las 9.15 horas en Torà (Segarra), donde había pintadas contra él y su Gobierno y tuvo problemas para salir cuando un grupo de jóvenes puso árboles quemados en la calle, cerrando los accesos al Ayuntamiento donde Pujol se había reunido con los representantes comarcales de la Segarra. Durante ocho horas, el presidente escuchó a afectados y políticos y pasadas las cinco de la tarde tuvo que marchar por la puerta trasera del Consejo Comarcal del Solsonès para evitar un último abucheo. Al analizar el estado de ánimo de los afectados, Pujol dijo: "He encontrado a la gente afectada, pero bien", y sobre el abucheo afirmó: "El presidente de un gobierno ya debe tener en cuenta que pueden pasar estas cosas". "Creemos", agregó Pujol, "que se hace todo lo que se debe para poder recuperarnos de esta desgracia que ha habido". El presidente de la Generalitat se comprometió el pasado 25 de julio, el sábado posterior a los incendios, a recorrer la zona y a tratar con detalle los problemas planteados. Ayer cumplió su promesa y planificó una visita destinada a transmitir un mensaje de esperanza. A su paso por Torà, Cellers, Vallmanya de Pinós, Matamargó, Su, Freixenet y Solsona, Pujol planteó a los payeses que incrementen las explotaciones ganaderas, que piensen en el turismo rural como negocio alternativo y que se plante lino y cáñamo, plantas verdes durante el verano y, por tanto, menos combustibles, que además tienen importantes subvenciones de la Unión Europea. Puso como ejemplo el Berguedà, comarca muy afectada por los incendios el año 1994, donde se ha mantenido la actividad en todas las fincas y donde se ha incrementado el número de casas que se dedican al agroturismo. Cumplió la promesa, pero no evitó la crítica. "Tuve que pasar el fuego yo solo, sin ninguna ayuda", le explicaba, con irritación contenida, Josep Maria Casas, de Cases de Matamargó, que recibió a Pujol en su finca calcinada con un cartel que decía: "Día de visita, 19 de julio a les 19.30 horas . Hoy no estamos". Durante el recorrido, el presidente no tuvo oportunidad de escuchar las críticas más duras porque los afectados se concentraron ante la sede del Consejo Comarcal, pero encontró a mucha gente dolida.PASA A LA PÁGINA 3

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