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El primer plan anticontaminante reduce 4.000 toneladas de residuos industriales

El primer plan para reducir la contaminación en la industria vasca ha permitido reducir en casi 4.000 toneladas la generación anual de residuos y emisiones a la atmósfera procedentes de 17 empresas ubicadas en la reserva de Urdaibai. Las medidas aplicadas, como el empleo de nuevas materias primas o el rediseño del producto, han posibilitado que residuos como las sales cianuradas, el anhídrido sulfuroso o el níquel ya no existan prácticamente. El Gobierno pretende que el proyecto se aplique ahora en otras industrias del País Vasco.

Este proyecto, inédito en España, se inició en 1992 en las empresas más significativas de Urdaibai, ubicadas en la zona del municipio de Gernika. Primero se analizó el proceso productivo de las factorías para hallar los puntos débiles y, después de un mejor aprovechamiento de los recursos, se persiguió la obtención de unos procesos y productos que no sólo contaminen menos sino que también requieran una inversión inferior. El plan se ha basado en limitar la generación de emisiones y residuos contaminantes a través de medidas concretas: cambios en las materias primas, nuevos métodos de organización, reutilización y variaciones tanto en el proceso como en el producto. Las primeras conclusiones se conocieron a principios de este verano y se tradujeron en el ahorro de las empresas participantes de hasta 20 millones de pesetas tras aplicarse un centenar de medidas de reducción de residuos o emisiones. La sociedad pública ambiental Ihobe, dependiente del Gobierno vasco, ha publicado ya los resultados concretos del plan, denominado Producción Limpia. Los resultados más significativos se han producido en las emisiones atmosféricas, puesto que de las más de 10.000 toneladas anuales generadas en 1992 por las 17 empresas se ha pasado a poco más de 7.000. Las emanaciones de formol se han eliminado prácticamente y las de amoníaco se han suprimido en un 70%. La producción de anhídrido sulfuroso ha menguado en un 93% y la de CO2, en un 26%. En estos dos casos el informe de Ihobe lo explica por la construcción, a mediados de esta década, de la red de abastecimiento de gas natural en la zona. Los vertidos contaminantes líquidos se han reducido en cerca de 125 toneladas anuales y sobresale la casi desaparición de los generados por el níquel y la plata. El informe destaca el importante cambio producido respecto a 1992, cuando "un total de 30.000 metros cúbicos anuales de aguas residuales eran vertidas al río Oka sin ningún tratamiento previo o con un tratamiento precario y que actualmente son sometidas a depuración". En cuanto a los residuos sólidos, el plan de producción limpia ha supuesto la generación de casi 750 toneladas menos que en 1992. Las sales no cianuradas han dejado de producirse y los baños cianurados han disminuido en un 91%. El informe valora especialmente la recogida de residuos inertes de carácter industrial que, mediante un sistema de contenedores habilitados por el Ayuntamiento de Gernika, evita actualmente que se viertan sin control 1.600 toneladas anuales. En cambio, el proyecto realizado ha detectado problemas en el tratamiento de los residuos tóxicos y peligrosos generados en pequeñas cantidades, puesto que muchas empresas "optan por mezclarlos con los residuos inertes y gestionarlos como si de éstos se tratara". Ihobe señala que la solución de este problema es "extremadamente complicada debido a los problemas de logística implícitos a los que hay que sumar los requisitos administrativos". Algunas actuaciones realizadas no han requerido inversiones, como la utilización de materias primas más limpias, la reutilización del agua empleada o el ajuste en el empleo de materias primas auxiliares.

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