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Aznar pide al PSOE que asuma la sentencia del "caso Marey" para reanudar el diálogo

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José María Aznar, estableció ayer sus reglas para afrontar un diálogo institucional con el PSOE. No puso condiciones, pero sí emplazó al primer partido de la oposición a que no se deje llevar por el lastre de la sentencia del caso Marey, que condena a diez años de cárcel a los socialistas José Barrionuevo y Rafael Vera, y advirtió que el diálogo debe orillar "las descalificaciones e insultos" y basarse "en la resolución de los problemas de los ciudadanos y no en intereses particulares o de partido". Más contundente, insistió "en el respeto a la ley". Aznar ofrece al PSOE un acuerdo de "cooperación", pero sin aclarar hasta dónde está dispuesto a llegar. Fuentes de La Moncloa señalan que el diálogo se centraría en la renovación del Constitucional, la reforma de la justicia, el terrorismo, las autonomías y las relaciones exteriores.

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José María Aznar inició ayer el nuevo curso político con una difusa respuesta a la oferta de diálogo que le había hecho llegar el PSOE. Las relaciones entre el Gobierno y el primer partido de la oposición están estancadas desde febrero, cuando se reunieron por última vez el presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. La expectación política, por tanto, se centraba ahora en qué ocurriría tras finalizar las vacaciones veraniegas. Pero en su esperado discurso en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), su lugar tradicional de arranque de temporada desde sus tiempos de líder de la oposición, Aznar, lejos de resolver incógnitas, se limitó a lanzar un reto a los socialistas.Fue muy poco preciso. No concretó siquiera los temas a abordar con Joaquín Almunia, quien ya anunció hace 10 días que sólo está dispuesto a hablar con Aznar si la conversación sirve para algo y no se limita, como las anteriores, a sacarse una foto. El Gobierno tardó cuatro meses en responder a sus propuestas sobre la reforma judicial.

Ayer, Aznar, que enfatiza una nueva imagen centrista y dialogante, respondía al secretario general del PSOE que el diálogo, aunque no tenga resultados, tiene un "valor en sí mismo". "Que nadie se llame a engaño. Todo nuestro esfuerzo estará dirigido a que podamos hablar. En unos casos llegaremos a acuerdos y en otros no. Pero el diálogo tiene hoy, para nosotros, valor en sí mismo".

Pese a esta ambigüedad, fuentes de La Moncloa aseguraban que la posible entrevista de Aznar con Almunia podría celebrarse antes del 12 de septiembre, fecha en que el presidente del Gobierno tiene previsto viajar a Colombia. En esta cita, ambos políticos abordarían la cobertura de las cuatro vacantes pendientes del Tribunal Constitucional. También, según La Moncloa, se intentaría reabrir el diálogo en cuestiones de Estado como la reforma de la justicia, el terrorismo, las autonomías y las relaciones exteriores.

Pero Aznar sólo enfatizaba ayer en las condiciones en que debe celebrarse ese diálogo, y no en los contenidos. Pidió, en primer lugar, que se evite el enfrentamiento, recrudecido tras la sentencia del caso Marey. "El diálogo debe ser responsable, basado en la cooperación y no en el enfrentamiento; en la exposición de nuestros argumentos y no en los insultos o en las descalificaciones".

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También advirtió que deben quedar apartadas las cuestiones "partidistas", lo que puede interpretarse como una alusión a temas derivados de la sentencia del caso Marey. "Un diálogo centrado en la resolución de los problemas que afectan a los ciudadanos, y no en intereses particulares o de partido".

El siguiente eje de su discurso, junto al diálogo institucional, fue una alusión al necesario "respeto a la ley". "Diálogo institucional y respeto a la ley son las dos piedras angulares indivisibles en las que pretendemos sustentar la acción de Gobierno". También envió un mensaje a sus socios nacionalistas, firmantes de la Declaración de Barcelona, que aboga por la fórmula confederal frente a la autonómica. Les pidió "lealtad constitucional". "El diálogo debe ser constructivo y partir del compromiso firme de lealtad constitucional, que es la clave de nuestro progreso y la vía más segura hacia el futuro", afirmó.

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