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CRISIS EN ÁFRICA CENTRAL

Francia evacua a 700 extranjeros desde la capital de Congo hacia Brazzaville

Alrededor de setecientos extranjeros comenzaron a ser evacuados en la tarde de ayer desde Kinshasa hasta Brazzaville, en la otra orilla del río Congo, en una operación organizada por Francia en la capital de la República Democrática de Congo (RDC). Fuentes diplomáticas aseguraron que la mayoría de los evacuados por vía fluvial eran de nacionalidad francesa. Varios países occidentales han enviado aviones y barcos a la zona, así como contingentes de tropas, ante el avance de las fuerzas rebeldes hacia Kinshasa.

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Estados Unidos, que ya evacuó el viernes a 130 extranjeros, incluidos 50 norteamericanos, ordenó ayer el cierre temporal de su embajada en la capital congoleña. Dos buques de guerra de la Armada estadounidense con 1.200 marines a bordo se dirigen hacia las costas de África occidental. Bélgica, la antigua potencia colonial, envió ayer un avión Airbus A-310 a Kinshasa desde Libreville, a unos ochocientos kilómetros al norte de Kinshasa, para organizar la salida de los miembros de su comunidad en la RDC, que asciende a unas 3.000 personas. "Estamos listos para iniciar la evacuación en cualquier momento", aseguró el ministro de Exteriores belga, Hubert Cooreman. Francia dispone también en Brazzaville de tres aviones de transporte Transall para las tareas de evacuación.

El Ministerio de Defensa británico, por su parte, anunció ayer el envío de una unidad de comandos de la Marina a la isla de Ascensión, en aguas del Atlántico sur. Un total de 190 soldados se mantendrán en estado de alerta ante una eventual operación de evacuación de los 400 británicos residentes en la RCD.

En Kinshasa, mientras tanto, dos millares de seguidores del presidente Laurent-Desiré Kabila desfilaron ayer por el centro de la ciudad para denunciar una agresión de Ruanda. Los manifestantes corearon también consignas contra los países occidentales, a los que acusaron de "traidores". Varios grupos se concentraron más tarde ante la Embajada de Francia en Kinshasa.

Las autoridades congoleñas se esforzaban ayer en desmentir los avances rebeldes hacia la capital del país, mientras la actividad militar seguía siendo reducida en los acuartelamientos de Kinshasa. "Aún no ha cundido el pánico", aseguraba un periodista local, "la gente sólo se preocupa cuando empiezan a oírse los disparos".

Los habitantes de Brazzaville, capital de la vecina República de Congo, que apenas están comenzando a cerrar las heridas de la guerra civil que devastó la ciudad en 1997, muestran ahora su inquietud ante el estallido de los combates en la otra orilla del río Congo. Francia ha pedido ayuda al Ejército de Brazzaville para intervenir en Kinshasa durante una eventual operación de rescate de la población extranjera.

Las tropas leales a Kabila intentaban ayer recuperar terreno en la región de Matadi (350 kilómetros al suroeste de Kinshasa), en una zona fronteriza con la República de Congo y con Angola. La artillería de las fuerzas gubernamentales bombardeó la base militar de Kitona, cercana a la costa, que cayó en manos de los rebeldes hace una semana. Los combates se han intensificado también en las inmediaciones del puente sobre el río Congo, a escasos kilómetros de Matadi, que los dirigentes de la rebelión dicen haber tomado en los dos últimos días, a pesar de los reiterados desmentidos de las autoridades de Kinshasa. El puerto de Boma, a unos cuatrocientos kilómetros al suroeste de Kinshasa, ya fue capturado el pasado 7 de agosto. Los analistas militares consideran que la conquista definitiva de Matadi garantizaría a las fuerzas rebeldes el control de la parte navegable del río Congo y de los suministros a la capital del país.

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