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Estados Unidos pide al jefe de la Unscom que no provoque a Irak

Estados Unidos ha presionado al jefe de la comisión de la ONU que investiga la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, Richard Butler, para que no provoque a Bagdad con "visitas sorpresa" a instalaciones civiles y militares en territorio iraquí, según informó ayer The Washington Post. De confirmarse la información, hasta ahora negada por portavoces oficiales, Washington habría dado un giro copernicano en su política hacia el régimen de Sadam Hussein.Hay que recordar a este respecto que el pasado febrero, el presidente Bill Clinton, con el decidido apoyo del Reino Unido, concentró una impresionante fuerza militar en el golfo Pérsico y amenazó a Sadam con una operación de castigo, si no permitía a los inspectores de la ONU realizar su labor. Sólo una misión conciliadora de última hora por parte del secretario general de la ONU, Kofi Annan, impidió la acción militar.

Según el Post, la nueva posición norteamericana le fue comunicada a Butler el pasado día 4 por la propia secretaria de Estado, Madeleine Albright, al enterarse de las intenciones del jefe de la Unscom (Comisión especial de Naciones Unidas para Irak) de realizar "inspecciones sorpresa" a un par de instalaciones, en las que podrían encontrarse pruebas de haber contenido armas secretas. Hace una semana, Washington volvió a comunicar a Butler su posición, lo que provocó, según el periódico, la salida airada de Bagdad del diplomático y de su equipo.

Explicación

Butler explicó su regreso a Nueva York por la decisión iraquí de la pasada semana de no permitir más inspecciones sobre el terreno aduciendo que Irak había cumplido suficientemente todas las condiciones impuestas por el Consejo de Seguridad y, por tanto, exigía un levantamiento del embargo impuesto por la ONU tras la derrota de Bagdad en la guerra del Golfo. El Consejo de Seguridad se ha limitado, hasta ahora, a calificar la decisión iraquí de "totalmente inaceptable".Portavoces oficiales norteamericanos y el propio Butler desmintieron ayer con diversos matices la información, pero resulta evidente que en Washington se ha producido un giro político, muy posiblemente por consejo de Londres, que, en estos momentos, no considera conveniente un conflicto abierto con Bagdad. El portavoz de la Casa Blanca negó que EEUU hubiera inteferido la labor de los inspectores de la ONU, pero admitió que "se había consultado con ellos sobre la mejor forma de llevar a cabo su misión".

[La propia Albright admitió ese extremo, pero negó haber dado instrucciones a Butler, informa Reuters. La secretaria de Estado acusó a Irak de querer transformar su confrontación con la ONU en un enfrentamiento con Estados Unidos, aunque advirtió que Washington "usará la fuerza en caso necesario para responder a las amenazas, en el momento y lugar oportunos".]

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