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Clinton recibe con lágrimas los féretros de los estadounidenses muertos en los atentados

Estados Unidos desplegó ayer toda su parafernalia oficial para rendir tributo a las víctimas de los atentados del pasado viernes contra sus embajadas en África oriental, que costaron la vida a 258 personas, en una emotiva ceremonia en la que el presidente Bill Clinton, con lágrimas y la voz entrecortada por la emoción, reiteró su promesa de no regatear esfuerzos "hasta que se encuentre a los responsables y se haga justicia". Unos 2.000 invitados, entre ellos los familiares de los 12 muertos, se reunieron en la base militar de Andrews, para esperar la llegada desde Nairobi, vía Alemania, de los féretros.

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Faltaban dos cuerpos, los de la sargento de la fuerza aérea Sherry Olds, trasladado por deseo expreso de su familia a su lugar natal en Florida, y los de la funcionaria Jean Dalizu, casada con un keniata, enterrada en Nairobi. La secretaria de Estado, Madeleine Albright, acompañó los restos mortales de las víctimas en su viaje de regreso desde Alemania en un gesto de solidaridad "hacia mis compañeros muertos".Bill y Hillary Clinton, ambos de traje oscuro, presidieron la solemne y triste ceremonia celebrada en el hangar número 3 de la base de la fuerza aérea en representación de sus 267 millones de compatriotas, todavía no repuestos de la indignación y la tristeza nacionales causados por los atentatos terroristas. Al acto asistieron también congresistas y miembros del cuerpo diplomático, entre ellos los embajadores de Kenia y Tanzania.

Clinton quiso hacerse partícipe de esos sentimientos cuando prometió a los congregados en la ceremonia y a la nación no descansar hasta descubrir a los culpables. "Tenemos que encontrar a los responsables [de los atentados] y asegurarnos de que se hace justicia", declaró. Iguales afirmaciones fueron formuladas por el secretario de Defensa, William Cohen, y por Albright, que hicieron uso de la palabra inmediatamente antes del titular de la Casa Blanca.

El presidente, un internacionalista convencido desde su juventud, trató de explicar a un país, que muchas veces se inclina por replegarse sobre sí mismo, las causas subyacentes en los atentatos terroristas contra Estados Unidos. "Es el peso de la historia", dijo. Atentan contra nosotros, añadió, "porque luchamos por la paz y la democracia". "Hoy honramos a los que han dado su vida por la causa de la libertad y la justicia", manifestó. Y, en una advertencia dirigida a los que dentro y fuera del país abogan por un aislacionismo norteamericano, Clinton prometió que "Estados Unidos no se retirará del mundo" por los actos terroristas. "Tenemos la responsabilidad de mantenernos firmes frente al terror", subrayó.

Tanto Clinton, como, previamente, Cohen y Albright, recordaron las víctimas kenianas y tanzanas de los atentados y rindieron tributo a los más de 40 empleados nativos que resultaron muertos o heridos en las embajadas de Kenia y Tanzania. Las banderas keniana y tanzana eran portadas junto con la enseña norteamericana por los miembros de una guardia de honor.

Cuando fueron bajados los 10 féretros del gigantesco C-117, Clinton, que junto a Hillary había departido en privado con un centenar de familiares de las víctimas, no pudo contener las lágrimas, transmitidas en directo por televisión a todo el país. Su voz se hizo ronca al recitar uno a uno los nombres de los muertos al final de su discurso. "Eran lo mejor que América podía ofrecer [al mundo]", dijo. "Eran un retrato de la América de hoy y de la América del mañana", añadió en referencia a la diversidad de profesiones de las víctimas, diplomáticos de carrera, militares, administrativos y una especialista en enfermedades tropicales.

Entretanto, el FBI anunció ayer que su equipo de investigadores en África ha conseguido rescatar de entre los escombros lo que parecer ser "los restos del vehículo" utilizado en el atentado de Nairobi.

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