_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un fastuoso templo en plena selva

Si el visitante del monasterio de Sant Pere de Rodes es capaz de imaginar que los áridos montes de sus alrededores fueron hace muchos años un bosque denso e impenetrable que le valió el nombre de selva -El Port de la Selva-, puede que llegue a creerse la leyenda de su origen, rescatada por el cronista del siglo XVII Jeroni Pujades. Cuenta esta novelesca explicación que ante el acoso de Roma por parte de las tropas babilónicas, una nave tripulada por clérigos zarpó llevándose una parte de las reliquias religiosas más preciadas de la cristiandad: la cabeza y el brazo derecho de san Pedro apóstol, los restos de su hijo, san Pedro exorcista, y el de otros mártires de menor entidad. El viento condujo el barco hasta la costa gerundense y amainó de repente ante un bello paraje. Si los monjes tenían alguna duda sobre la conveniencia de instalarse en tal lugar, cuando ascendieron la montaña de Verdera y contemplaron el majestuoso paisaje que se extendía a sus pies, la construcción del monasterio sólo fue cuestión de tiempo. Mientras, las reliquias se escondieron en una cueva. La génesis de uno de los conjuntos monumentales medieva-les más impresionantes del occidente mediterráneo es todavía fuente de controversia entre los historiadores del arte románico. A pesar de que las sucesivas reformas han ido barriendo las ruinas de los antiguos saqueos, reconstruyendo sus muros y habilitando un moderno centro de estudios que incorpora como nuevos materiales el parqué y el cristal, todavía queda lejos de su antiguo esplendor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_