Viajeros de la calzada romana
Los habituales viajeros de la Vía Augusta, la calzada romana que unió durante siglos Roma con Cádiz, conocían la seguridad y el buen trato que recibían por parte de las poblaciones nativas al atravesar las tierras de La Costera y las huertas bañadas por el Cànyoles. Varios de estos núcleos con el tiempo derivaron en las actuales villas de Canals, Vallada, Moixent y Montesa. Según épocas la Vía Augusta recibió diferentes denominaciones. Cartagineses e íberos la bautizaron como Vía Hercúlea y Vía Heraclea. También mereció el nombre de Camino de Aníbal y el nombre de Camino de San Vicente Mártir, protomartir cristiano cuyos restos mortales se veneraban en Valencia y eran objeto de visitas de peregrinos. Pero la historia la ha dejado finalmente con el rótulo de Vía Augusta, en reconocimiento a las mejoras y reparaciones que el emperador romano Augusto efectuó en la calzada entre los años 8 y 2 antes de Cristo. De los 3.000 kilómetros que marcaba su recorrido por el arco mediterráneo, la mitad del trazado general seguía la línea sinuosa de la costa española y una tercera parte se asentaba entre los límites de la Comunidad Valenciana. La comarca de La Costera siempre fué un tramo fundamental para asegurar el desplazamiento de tropas y de mercancias. La calzada avanzaba tierra adentro, lejos de la costa, que en ese tiempo resultaba bastante inaccesible en los parajes de La Marina, y a la altura de La Font de la Figuera buscaba el valle del rio Vinalopó para acercarse de nuevo al mar. Los amantes del senderismo estan habituados a pisar por esta comarca sendas y caminos abiertos por los romanos. Hasta la carretera nacional inspiró su trazado en la calzada del emperador Augusto. Hubo un tiempo, entre los siglos XII y XIII, en el que todos los caminos conducían a Santiago, de la misma manera que siglos atrás todos los caminos conducían a Roma porque los lugares más lejanos de su vasto imperio habían quedado enlazados por amplias calzadas. Desde hace unos años un grupo de peregrinos jacobeos están rescatando y señalizando el llamado camino valenciano de Santiago que en buena parte de sus tramos coincide con la calzada romana. La ruta discurre por un paisaje que dominaron los caballeros de Montesa, en su calidad de depositarios de los bienes de los Templarios y Hospitalarios. Un seismo derribó el imponente castillo que dominaba el ancho valle del Cànyoles. La orden trasladó su sede principal tras el desastre al Palacio del Temple en Valencia. El hospital de la orden se situaba en Vallada cerca de la ermita del Divino Juez. La población de Montesa, los lienzos de la muralla, perviven sobre el pequeño monte para evocar aquellas historias de cruzadas y conquistas en nombre de la fe cristiana que sucedieron al estruendo de las centurias romanas. Los actuales peregrinos descubren en algunos monumentos de la comarca símbolos de la presencia jacobea. Canals es una población que creció a uno y otro lado del viejo camino, manteniendo una estructura urbana alargada, orientada en sentido este oeste. Su monumento emblemático es el torreón que perteneció al palacio de los Borja, la saga papal más popular del Renacimiento. En él nació el papa Calixto III. El oratorio de este palacio, que sirve de capilla para el barrio, conserva en su interior el retablo de los doce apóstoles, con la representación luminosa del apóstol Santiago. La pintura data del siglo XVI y su autoría se adjudica al Maestro de Borbotó. En la iglesia parroquial de Moixent la estatua de Santiago peregrino preside el lado de la epístola del altar mayor.
ESCALA DE LA DONCELLA
En la carretera a Ontinyent, por el barranco de la Hoz, y camino de la laguna del Bosquet, se situa a la izquierda la llamada escala de la doncella, origen de una curiosa leyenda de caballeros. Según la tradición cada cien años la doncella desciende por los peldaños buscando a un príncipe mortal que la pueda librar del hechizo que la retiene en una cueva situada en el interior de la montaña. La leyenda procede de la época del árabe Ben Tahir, señor de estas tierras. Su hija Fátima tuvo la visión de un palacio encantado lleno de riquezas al que se podía acceder por esta escala natural. Padre e hija visitaron el palacio y Fátima olvidó por un tiempo su permanente infelicidad al contemplar las maravillas ocultas en el interior del monte. Pero tanto tentaron al destino que Fátima se quedó un día encerrada en el castillo y ya no pudo salir de su sueño. Sólo una vez cada siglo tiene la posibilidad de descender por la escalera al camino y esperar la presencia de un caballero que le rescate de su encantamiento. Por ahora el caballero no ha aparecido porque la leyenda sigue viva entre las gentes. El paisaje del lugar invita a mantener el hechizo.
PAELLA DE CAZA
La gastronomia típica de la zona se divide entre los gustos manchegos y valencianos. En un restaurante pueden servir al viajero gazpacho con pebrella, y al mismo tiempo ofrecerle un plato de paella de carne, pero carne de caza. Otro plato típico que corresponde a esas influencias de interior es la gachamiga y una deliciosa sopa de ajos llamada les farinetes. También las setas cogidas en los montes húmedos de la comarca se ofrecen en platos del menú habitual. Para finalizar con dulce, el gastrónomo encuentra los sequillos, roscos adornados con clara batida, y los moixentins, dulces elaborados con almendra.
CUEVA DE MORENO
Cuando sólo tenía siete meses, el pequeño Cristóbal Moreno se infectó con una de las pestes que asolaban la población. La enfermedad acabó con su madre, y su padre, para evitar otros contagios, decidió abandonarlo en la laguna de El Bosquet junto a una cabra para que no le faltase leche. Al día siguiente el padre, acudió al lago para darle sepultura. Su sorpresa fué enorme al comprobar que gracias a los cuidados de la cabra, el bebé sobrevivió.
Santísimo Cristo
Celebraciones estivales en honor del Santísimo Cristo del Monte Calvario y de las Santas Reliquias. Última semana de agosto. Procesiones y todo tipo de actos festivos.
Abdón y Senén
Fiesta de gran tradición celebrada en la Casa Rabosa. Penúltimo fin de semana de agosto.
Senderismo
El botánico Cavanilles en su viaje por la comarca certificó durante el siglo XVIII la rápida transformación agraria que había experimentado este municipio gracias al pantano que el patricio moguentino Pascual Caro realizó en el barranco del Bosquet. En la actualidad el embalse se ha transformado en una agradable laguna y en un paraje verde de visita recomendada para los senderistas. Se accede por la carretera de Ontinyent.
Montañismo
Moixent es un pueblo de montañas, recomendables por sus hermosas vistas y su escasa dificultad.
Espeleología
Cavernas de diferentes características que constituyen una inolvidable aventura para los aficionados.
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