El Festival de Jazz de San Sebastián cierra su edición con 42.000 espectadores
El Festival de Jazz de San Sebastián ha cerrado su 33 edición con un gran éxito de público, que ha desbordado las expectativas de los organizadores. Cerca de 42.000 personas, 8.000 más que en la edición anterior, se desdoblaron para escuchar la enigmática voz de Abbey Lincoln, la música del pianista sudafricano Abdullah Ibrahim, el blues de John Mayall o el hip hop de Tribal Jam, entre otras muchas propuestas de un festival que mira al Kursaal.
Esta edición, que rubricó su clausura con la actuación de los Philadelphia Gospel Seminars Choir en el Teatro Victoria Eugenia, ha dejado satisfechos a los organizadores del festival. Su director, Miguel Martín, resumió a modo de balance: "Esta edición ha colmado nuestras expectativas", en referencia al importante incremento de público que se ha registrado desde el pasado año y a la calidad de la programación que, a su juicio, "no ha tenido ningún suspenso". Y para ratificarse en su afirmación recordó el concierto ofrecido por el pianista Abdullah Ibrahim en la especial atmósfera de la plaza de la Trinidad, la última propuesta musical de Chick Corea, que fue enérgicamente ovacionada o la de los Philadelphia Gospel Seminars, que puso el broche final al festival con el gospel. Tampoco olvidó las actuaciones del grupo donostiarra Parafunk, la propuesta del saxofonista José Luis Gutiérrez, el blues de John Mayall o las voces de Abbey Lincoln y María Joao. Al margen de estas actuaciones estelares, todo el resto de los conciertos mereció una valoración positiva por parte de los organizadores que miran ya hacia una próxima programación que contará con un nuevo espacio: el Palacio de Congresos y Exposiciones del Kursaal y la terraza de más de 7.000 metros cuadrados. Precisamente el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, sugirió la posibilidad de que la Jazz Band Ball, la gran fiesta inaugural que este año se celebró en un Alderdi Eder todavía afectado por las obras de construcción de un parking, podría ocupar el próximo año este espacio. En todo caso, no se despreciarán otros escenarios que ya forman parte de la tradición. La plaza de la Trinidad se reivindica como un lugar con una atmósfera especial, "que no puede conseguirse en otros sitios" y el salón de plenos del Ayuntamiento como el idóneo para continuar celebrando allí los conciertos de piano. Pero más allá de la ampliación de espacios para albergar las actuaciones de este festival, más que consolidado, se quiere mantener una programación que guarde la misma riqueza que ha caracterizado sus últimas ediciones. Los organizadores pretenden continuar ofreciendo desde el jazz más puro, hasta las propuestas más vanguardistas de este tipo de música. Eso sí, pretenden incidir, según aseguró Miguel Martín en la iniciativa del Gazzte Jazz, ampliamente respaldada en esta primera experiencia. En la noche del martes más de 5.500 personas rotaron por las inmediaciones del Ayuntamiento y el Festival de Jazz de San Sebastián consiguió así llegar a un público más joven. Para el año que viene se tratará de mantener "esta diversidad pero con mayor coherencia musical", según precisó Miguel Martín.
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