IU pide que a los condenados se les aplique inmediatamente la sentencia

Ni un ápice de piedad. Ni un gramo de misericordia. Los partidos no tienen corazón, así que Izquierda Unida reclamó ayer la ley del talión para los condenados en el caso Marey y vino a exigir que la sentencia se cumpliera en lo que tiene de hecho vindicativo -en la primera acepción del diccionario- con carácter inmediato. "La ley es ley para todos", lo dijo Zorrilla y se repitió ayer. El que la hace la paga. Y cuanto antes. No vaya a ser que los resquicios legales permitan que los condenados no entren en prisión. Se dijo también.Fue una comparecencia inédita en IU. Allí estaban, encabezados por el coordinador general, Julio Anguita, Rosa Aguilar, portavoz parlamentaria; Pablo Castellano, portavoz de Justicia; Víctor Ríos, coordinador de Presidencia; Javier Madrazo responsable de IU del País Vasco, y Félix Tabernas, IU de Navarra. No fue suficiente la sentencia. Los condenados debían ingresar inmediatamente en prisión. Hasta el extremo de que si el mes de agosto es inhábil, en opinión de IU, el Supremo debería haber convertido en hábiles los días necesarios de agosto para que no les quedara la esperanza de que "las defensas encuentren la posibilidad legal de evitar la cárcel" a los afectados por el fallo.

Del indulto, ni preguntar. IU advirtió que la propia sentencia decía que no había razones para que el tribunal lo solicitase. "Y si se concede, ya hablaremos entonces", advirtió Anguita, aunque también avisó que, comparado con otros casos, podría ser una decisión injusta. Tampoco se dijo mucho sobre exigir responsabilidades políticas por la guerra sucia anterior a los socialistas. No es que se ponga en duda su existencia, pero hay que probarla. "Si los socialistas tienen pruebas de que hubo GAL antes de ellos, que lo prueben", dijo Anguita. "Iremos con ellos. Adelante", animó, "que ahí estaremos".

Responsabilidades políticas sólo a quien se comprometió a cumplirlas cuando hubiera sentencia. Sin mencionar a Felipe González, Anguita dio todas las pistas para identificar, sin género de dudas, que era al ex presidente al que apuntaba.

De los votos particulares, poco. Para Pablo Castellano resultaban no sólo interesantes, sino que, además, confirmaban aspectos de la sentencia, que servirían para los procesos pendientes de los GAL. Y llegó a calificar de "obsesión patológica" que algunos magistrados intentaran dejar fuera a José Barrionuevo y Rafael Vera.