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El Gobierno y UNITA se preparan para la guerra total en Angola

"La guerra es inevitable". El empresario europeo con más de media vida en Angola confirma que han acabado por hacerse ciertos los temores suscitados por la muerte, el pasado 27 de junio, de Alioune Blondin Beye, el hombre de la ONU en Luanda. Diplomáticos occidentales en Angola reiteran que tanto el Gobierno como la guerrilla de UNITA han iniciado un reclutamiento masivo.

Los vientos de guerra parecen decididos a convertir en polvo el acuerdo de paz firmado en 1994 en Lusaka, la capital de Zambia, entre el Gobierno de José Eduardo dos Santos y la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA), la guerrilla de Jonás Savimbi, el viejo aliado de Occidente en la guerra fría. Fuentes diplomáticas señalan que el Gobierno ha desplegado ya 30 batallones, con un total de 18.000 hombres, en las ciudades que controla a lo largo de Angola, un país de 11 millones de habitantes y enormes riquezas petroleras y diamantíferas que apenas ha conocido la paz desde que en 1975 se independizara de Portugal.El Instituto de Estudios de Seguridad, con base en Johanesburgo, asegura que el Ejército angoleño, que cuenta con 250 asesores surafricanos, ha tomado ya la decisión de lanzar una campaña de tres meses para intentar aplastar a UNITA, y que para ello pondrá en pie de guerra a 70.000 hombres, muchos reclutados a punta de fusil. Una estrategia que también está aplicando UNITA, una tropa formada por 30.000 hombres bien entrenados y pertrechados que controla amplias zonas del interior del país y que ha escapado al escrutinio y desmovilización de la ONU.

El Gobierno angoleño cree que Savimbi se ha convertido ya en eje de un auténtico ejército de derrotados que puede reforzar a su guerrilla y hacerla todavía más temible: ex soldados de la División Especial Presidencial del derrocado Mobutu Sese Seko en Zaire (ahora República Democrática de Congo, RDC), partidarios del también depuesto presidente de Congo-Brazzaville Pascal Lisuba y ex soldados hutus ruandeses. UNITA ha sabido emplear bien los cuantiosos beneficios obtenidos de las minas de diamantes que controlaba para sortear todas las sanciones de la ONU y mantener intacta su maquinaria bélica.

Hasta 15.000 angoleños han buscado refugio en la RDC a causa de los enfrentamientos crecientes que amenazan con reabrir la herida nunca cerrada de la guerra civil angoleña, que ha cavado ya más de un millón de tumbas, y la inutilización, por la siembra de más de diez millones de minas antipersonas, de una tierra feraz.

"Ambos bandos están preparándose a marchas forzadas para la guerra", indica un diplomático en Luanda, que lamenta que la mediación internacional "esté muerta", con una ONU completamente desorientada tras el inesperado final en accidente de aviación de Blondin Beye en Costa de Marfil, una muerte que para muchos en Luanda se trató de un atentado.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, decidió despachar al ex ministro de Exteriores argelino Ibrahim Brahimi para intentar parar lo que parece inevitable, mientras la Unión Europea anunció ayer nuevas sanciones contra UNITA, a la que responsabiliza del ataque del pasado miércoles contra la localidad diamantífera de Cafunfu, en la provincia de Lunda Norte, donde 40 hombres mataron a 250 civiles en uno de los episodios más virulentos desde la firma de la paz.

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