El 50% de las pruebas de paternidad privadas se hacen en España a espaldas de la madre

La mitad de los hombres que se someten a pruebas genéticas para comprobar si son padres de sus supuestos hijos lo hacen movidos por la duda y sin contar con la madre, según los datos de PharmaGen, la mayor empresa española del sector. Uno de cada diez hombres ve confirmados sus temores. Los datos son confidenciales y la madre no puede acceder a ellos. Muchas de las consultas con resultado negativo acaban en los juzgados al cabo de pocos años, generalmente debido a un trámite de divorcio durante el cual el hombre se opone a pasar a la mujer la pensión por un hijo que no es suyo.

La semana pasada, la empresa británica DNA Testing Agency comercializó a bombo y platillo una prueba de paternidad basada en muestras de saliva, cuya facilidad de obtención plantea un debate sobre la conveniencia de que los hombres verifiquen la filiación de sus supuestos hijos sin el permiso de la madre. Sin tanta publicidad, al menos dos empresas españolas hacen también esa prueba desde hace un año (ver EL PAÍS del viernes 24 de julio).Pero las pruebas de paternidad basadas en muestras de sangre se vienen practicando desde hace años en España sin exigir el consentimiento de la madre. Estos ensayos se pueden solicitar a título privado a través de infinidad de laboratorios de análisis clínicos repartidos por todo el país, si bien muy pocas empresas centralizan luego los análisis de ADN.

Por ejemplo, todas las muestras privadas tomadas en Madrid -y gran parte de las del resto de España- acaban remitiéndose para su examen a la empresa PharmaGen, la mayor y más experta del país. Esta compañía examina unos trescientos casos anuales de paternidad dudosa, más o menos el 50% de los que se hacen en España. Además, es la única que ha compilado un registro de la variación genética en la población española, lo que reduce mucho la posibilidad de confundir un verdadero parentesco con una mera coincidencia.

Solos con el niño

Los usuarios solicitan la prueba genética por razones muy diversas, pero los casos más comunes, con diferencia, que dan cuenta de la mitad de las consultas, son de hombres que sospechan que alguno de sus supuestos hijos es en realidad de otro padre. Estos varones acuden a los laboratorios solos con el niño, sin el conocimiento ni el consentimiento de la madre.Los laboratorios privados en los que acaba por recalar la mayoría de las muestras no exigen la autorización de la madre si el hombre puede acreditar la patria potestad o la custodia compartida del niño (cualquier padre de una familia común).

Los hombres que descubren así que su hijo no es tal (un 10%) disponen de esa información sin que la madre sepa que lo saben. Los laboratorios sólo entregan los resultados a quien los ha solicitado. Para las demás personas, incluida la madre, la confidencialidad es estricta.

Según la bióloga Carmen Cabrero, jefa del departamento de Huella Genética de PharmaGen, muchos de estos casos de falsa paternidad acaban en los tribunales: generalmente porque al cabo de un par de años la pareja decide separarse y el padre se niega entonces a pasar una pensión por el hijo que no es suyo. La propia Carmen Cabrero dedica buena parte de su tiempo a testificar ante el juez como experta.

La prueba de sangre cuesta 120.000 pesetas, incluidas las dos o tres muestras habituales (padre y niño, o bien padre, madre y niño). Si los usuarios desean examinar a más de un hijo, deben pagar otras 51.000 pesetas por cada muestra adicional. Éstos son los precios de PharmaGen. Otros laboratorios incrementan el coste, como intermediarios, en cantidades variables. Las pruebas de saliva (un material de partida menos apropiado que la sangre) varían entre 70.000 y 150.000 pesetas.

Estos precios logran disuadir a dos tercios de los interesados. Pese a ello, los usuarios que siguen adelante pertenecen a todas las capas sociales. No son infrecuentes los demandantes que preguntan si existe la posibilidad de pagar a plazos. Por el momento, tal cosa no es posible en ningún laboratorio.

Patria potestad

Para hacerse la prueba, los hombres deben acreditar la patria potestad sobre el menor. Sin embargo, algunos expertos legales opinan que esa condición no es suficiente, ya que la patria potestad es generalmente un derecho compartido por los dos miembros de la pareja.En efecto, el artículo 156 del Código Civil puntualiza: "La patria potestad se ejercerá conjuntamente por ambos progenitores o por uno solo con el consentimiento expreso o tácito del otro". También es cierto que el código relativiza luego ese requisito al señalar: "Serán válidos los actos que realice uno de ellos conforme al uso social y a las circunstancias o en situaciones de urgente necesidad".

El abogado de familia Antonio Acevedo considera que la realización de una prueba genética sin el consentimiento de la madre contraviene el espíritu de ese articulado, y añade: "Máxime cuando un resultado negativo puede tener consecuencias importantes sobre la integridad del hijo o de la madre".