El 14º Encuentro de Editores termina con un homenaje a Pérez González
"He venido a cenar con amigos y no a pasar vergüenza". Con estas palabras respondió Francisco Pérez González a los elogios y aplausos que le brindaron con calor editores, libreros, distribuidores. Aunque el 14º Encuentro de Editores se clausuró ayer a mediodía, una cena el jueves, a la que se sumó la escritora Josefina Aldecoa, se convirtió en un homenaje al veterano editor, que hace 14 años creó esta cita ineludible para el sector.
, La alegre y emocionada predespedida fue precedida por uno de los debates que mayor expectación había creado: La cultura iberoamericana, un viaje de ida y vuelta, liderado por Pérez González y por Javier Pradera. Fue un debate serio, no defraudó y hubo polémica.Pradera defendió la tesis de que los editores de ambas orillas han contribuido decisivamente, aunque muchas veces de manera indirecta e involuntaria, en la construcción de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Incluso han participado en ella, dijo, los que sólo se han movido por afán de lucro. No es una propuesta teórica, sino que es una realidad: un solo mercado para la circulación del libro edificado en un camino hacia la libertad y la democracia.
Pradera señaló las cuatro etapas que a su juicio han jalonado este proceso. La primera va desde la independencia de las repúblicas americanas en el siglo XIX hasta la guerra civil. La segunda fue muy dolorosa, la contienda española, "un acontecimiento terrible para los españoles, para los europeos y para todo el mundo. Las consecuencias fueron devastadoras para la cultura, para la actividad librera y editora; el exilio, la censura, el empobrecimiento... todo esto era previsible", lo que no se había previsto es que, con la desaparición de la industria editorial española, iba a crecer otra muy importante en Latinoamérica, en especial en México y Argentina. "Los exiliados españoles fueron unos magníficos constructores de esa industria, como empresarios, como libreros, como traductores. Inventaron una forma moderna de trabajar en una casa editorial". "La tercera etapa comienza en los años cincuenta, cuando los españoles empezaron a reconstruir sus redes latinoamericanas. También en esa época empresas del otro lado del Atlántico, como Fondo de Cultura Económica o Edhasa se instalaron en España. La cuarta etapa comenzó en los setenta, cuando las editoriales españolas se instalaron allá para producir sus propios libros".
El veterano editor Francisco Pérez González respondió preguntando: "¿Por qué los españoles empezaron a editar en Iberoamérica?". Dio varios ejemplos, como la dificultad de transporte de los libros o la acción de los agentes literarios, que dividen los derechos para cada país, e hizo hincapié en los libros de texto. "¿Cómo íbamos a explicar la cordillera de los Andes con un libro sobre los Pirineos? No hay colonización, la palabra es integración".
La fiesta acabó en paz. "Adiós, hasta el 15º Encuentro de Editores, el año que viene, en julio, en Santander", se despidieron los participantes, aunque como señaló el director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente, todos ellos seguirían hablando de la edición de su presente y de su futuro, diez minutos después del fin de las jornadas.
Miguel Ángel Cortés participó también ayer en la clausura del XIV encuentro sobre Libro y sociedad de la información en Iberoamérica , que se ha desarrollado durante esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, haciendo balance de los dos años de gestión cultural, criticando a los editores que no aceptan las nuevas tecnologías y tachando de poco humanísticos los planes de estudio de los colegios, informa Susana Pérez de Pablos
El representante de Cultura cree que el sector editorial es la base de toda política cultural y que hay que fortalecer la industria del libro, "que es la más fuerte de las industrias culturales en España y la que, vista hoy, ha cometido menos errores, la que no se ha echado en manos del Estado, la que no ha buscado la protección y a la que no se le han ocurrido sandeces, como la excepción cultural europea o tonterías por el estilo".
El secretario de Estado hizo referencia a la reforma de las enseñanzas de humanidades y aseguró que es "el reto más importante del Gobierno, donde queda mucho camino por avanzar y donde nos jugamos el futuro de la lectura, es en la reforma de la educación", añadió el secretario de Cultura.
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