Se comercializa en el Reino Unido una prueba de saliva que permite verificar la paternidad
El precio es de 75.000 pesetas y la puede practicar el hombre sin conocimiento de la mujer
Los ciudadanos del Reino Unido pueden verificar ya si son los auténticos padres de sus hijos legales, sin necesidad -al contrario de lo que se acostumbra en los laboratorios- de contar con el permiso de la madre. Una empresa radicada en el Condado de Kent acaba de comercializar un sencillo método que presenta algunas similitudes con el predictor que determina el embarazo. El producto de DNA Testing Agency ha levantado la polémica, por los efectos secundarios que puede implicar en las familias. Y el Ministerio de Sanidad ha anunciado una investigación a la empresa.
La prueba requiere tomar una muestra de saliva del hijo, mediante un algodón adecuado que se facilita en una caja; y otra del padre. Después, ambas se han de enviar a los laboratorios de la empresa en cuestión, que remite los resultados a vuelta de correo (en el Reino Unido es muy habitual comprar por correo todo tipo de artículos). Todo ello cuesta 298 libras (unas 75.000 pesetas), y la respuesta apenas tarda cinco semanas.En un anuncio aparecido en el rotativo The Sunday Sport, la compañía presenta su producto como la solución para "los curiosos, incrédulos o que sospechan y desean despejar sus dudas de una vez". Sus portavoces, que no atendieron ayer el teléfono desde la sede de Kent, al sureste de Inglaterra, han asegurado haber recibido ya unas decenas de solicitudes, tanto de padres como de madres. En un comentario recogido por el vespertino Evening Standard, añaden que la prueba es privada pero no fraudulenta. "Hasta la fecha no hemos registrado queja alguna, y varios particulares tienen ya los resultados en su poder".
Los análisis de sangre efectuados por médicos titulares, y aceptados por los tribunales, constituían hasta ahora la forma más fiable de resolver las demandas de paternidad en el Reino Unido. La Comisión Asesora de Genética Humana, que opera a instancias del Gobierno, ha criticado abiertamente a la compañía. "¿Quién será consultado antes del análisis?, ¿es éste fiable?, ¿lo sabrá la madre?, ¿tendrá la obligación el padre de decírselo a alguien más?", se ha preguntado en voz alta su presidente, sir Colin Campbell, en el programa radiofónico Today, de la BBC.
David Hinchliffe, responsable del Comité de Sanidad de la Cámara de los Comunes, ha sido aún más elocuente. En su opinión, el producto aprovecha las diferencias y conflictos de las parejas. "Los niños sufrirán más que nadie. La compañía anima a los padres a efectuar unas pruebas sin consultar a las madres ni pensar en los sentimientos del pequeño", ha dicho. Las consecuencias de todo ello pueden dañar lo que resta de la relación, concluye el parlamentario.
University Diagnostics (UD), otra empresa británica dedicada también a efectuar pruebas genéticas, ha aportado su propia experiencia al debate. En su caso, el análisis cuesta 447 libras (93.000 pesetas) y es efectuado con ayuda de un médico de cabecera titulado. Los jueces los admiten como prueba en un caso de paternidad. "Pero nosotros no hacemos los análisis si uno de los adultos involucrados ignora la decisión del otro. Ante un resultado negativo, puede haber repercusiones legales o personales que no favorecen a nadie", ha declarado al rotativo The Independent el gerente, Paul Debenham. Esta práctica de UD es la generalizada.
A otros expertos, como Martin Richards, director del Centro para la Investigación Familiar de la Universidad de Cambridge, el aspecto comercial de la prueba les parece dudoso. "No sé cómo puede averiguar una firma de estas características a quién pertenece de veras la muestra de saliva", ha dicho. Ayer no fue posible obtener la respuesta directa de DNA Testing Agency.
El Gobierno británico cuenta precisamente desde 1997 con un código deontológico dirigido a las firmas que ofrecen análisis genéticos para buscar enfermedades hereditarias, pero en este caso todas las fuentes reconocen que se da una laguna legal.
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