Los traductores critican "la falta total de ayudas institucionales"
Los expertos debaten la difusión de las literaturas en El Escorial
Gracias a las traducciones se conoce a Thomas Mann, a Peter Handke y a Federico García Lorca. "Pero hay que ser muy sensibles, porque dependemos de su traducción y ordinariamente a ésta se la considera una actividad instrumental no necesitada de ayudas institucionales", advirtió ayer el director del Instituto de Traducción de la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Ángel Vega Cernuda.
Vega Cernuda intervino en El Escorial como director del curso La traducción sin problemas, que a lo largo de la semana planteará la recepción y difusión de las literaturas a través de la traducción, la traducción de los clásicos, los aspectos didácticos y los conocimientos para-traductológicos. En España ascienden a unos 6.000 el número de traductores registrados, de los cuales sólo un 10% son literarios.Prueba de esa desatención y de "la falta total de ayudas institucionales", Vega puso de relieve que de 15 universidades españolas que cuentan con formación de traducción generalista, sólo dos -la Universidad Complutende de Madrid y la Autónoma, de Barcelona- incluyen la especialidad de traducción literaria.
Acerca de la reciente polémica sobre la traducción al alemán de la obra de Federico García Lorca los especialistas reunidos en El Escorial evitaron calificar su calidad. Pero se refirieron a su grandeza y a su miseria. Lo importante es que gracias a la traducción Lorca es considerado en Alemania uno de los grandes autores literarios. Y su miseria son las críticas furibundas que han desatado las traducciones llevadas a cabo por Heinrich Beck. "Cada vez que un traductor emprende la traducción de una obra ya traducida tiene que matar el nombre de su predecesor", opinó el catedrático de Filología alemana de la Universidad Mainz (Alemania), Wolfgang Pöckl. Y lanzó una posible hipótesis del motivo que ha originado esta polémica. "Las traducciones evolucionan con la filología, que aporta elementos que el traductor no tiene. En algunos casos no evolucionan, ocurre con ciertos autores y quizás eso es lo que ha ocurrido con Lorca".
Los profesionales de la traducción insisten durante este seminario en el valor de su actividad para conformar una cultura que tenga un corpus literario correcto. Y lo importante que es para el traductor conocer las convenciones textuales, a nivel estructural, a la hora de formular un texto. Como ejemplo de los desfases que pueden producirse, el catedrático de Filología Alemana se refirió a las dos traducciones españolas al alemán de la obra del escritor Peter Handke Wunschloses Unglück. Para empezar, la traducción tropieza con diferentes títulos: el traductor Víctor León Oller la titula Desgracia indeseada (editorial Barral, 1975) y Eustaquio Barjau la titula Desgracia impeorable (editorial Alianza,1989). Además, Handke incluye en la novela una frase de propaganda nazi que mediatiza el contenido. Pero, según Pöckl, "en ninguna de las traducciones esta frase se integra al ritmo", ejemplo de las dificultades a las que se enfrenta el traductor, a veces incapaz de reconocer determinados tipos de texto.
En este sentido, Giovanni Adamo, profesor de lexicografía de la universidad La Sapienza, de Roma, se refirió también a que la lectura que se hace en Italia de la cultura española "sea política, desde un punto de vista único de izquierdas;por eso se han desconocido autores no de izquierdas como Menéndez Pelayo". Y observó cómo en la colección Newton, que integra 600 títulos -a 80 pesetas cada uno-, sólo se incluye un título español: Campos de Castilla, del poeta Antonio Machado.
Los especialistas se refirieron a que existen autores más fáciles y más difíciles de traducir. Y depende del tipo de texto y del código estilístico. Entre los fáciles se encuentra la narrativa tradicional y decimonónica. Ejemplo, una novela de Balzac en la que el argumento es definitivo. Sin embargo, en un texto de Proust o Joyce, que prescinde de puntuaciones, la traducción se enrevesa.
Vega Cernuda preguntó: ¿Qué sabríamos de Italia si no se hubiera traducido a Dante o a Leopardi? "Es tan importante que sin la traducción no conoceríamos otras culturas", dijo Pilar Blanco, profesora del Instituto de Traducción de la Universidad Complutense.
Babelia
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