Los peritos no encuentran rastros del uso de fondos reservados para el secuestro

Los tres inspectores de tributos designados por el juez Baltasar Garzón para examinar la cuenta de fondos reservados del Ministerio del Interior no han hallado ningún rastro del millón de francos franceses que varios de los implicados en el secuestro de Segundo Marey dicen que les entregó Rafael Vera en 1983 para la operación.

Durante 1983 fueron retirados 1.246 millones de pesetas de la cuenta número 1605252 del Banco de España, correspondiente a los fondos reservados de Interior. Entre los reintegros realizados ese año, tanto en efectivo como en talones, no hay ninguno por un millón de francos. Dilucidar este aspecto es fundamental para determinar la culpabilidad o no de la acusación de malversación de caudales públicos que recae sobre varios encausados.Los inspectores de tributos Carmen González Cayuela, Fernando Romero de la Rosa y Álvaro Gascón Juste afirmaron ayer que tras analizar los movimientos de esa cuenta no han encontrado ninguna salida de un millón de francos en 1983 y se ratificaron en lo expuesto en un informe realizado en octubre de 1995.

La retirada de una cantidad equivalente en pesetas y su posterior canje a francos, según los peritos, debería dejar rastro en la entidad bancaria que la realizara, en donde debería constar el nombre de la persona que adquirió las divisas. Pero González Cayuela añadió que en su experiencia profesional ha visto que en muchas operaciones similares no se deja ninguna prueba, aunque eso vulnere la normativa.

A preguntas de Manuel Cobo del Rosal, abogado de Vera, los peritos explicaron que un 37% de los fondos retirados de esa cuenta durante 1983 lo fueron en efectivo, es decir, 462 millones, de los que "es imposible" determinar quiénes fueron sus destinatarios.

Según los inspectores tributarios, cuando Interior necesitaba divisas, lo habitual es que las retirase a través del Departamento de Extranjero del Banco de España. Así lo hizo el 11 de abril de 1984 con un millón de francos franceses, en una etapa en la que Vera había sido nombrado subsecretario de Interior y sustituido por Julián Sancristóbal en la dirección general de Seguridad.

González Cayuela reconoció que "es posible" que el dinero cuyo rastro se persigue fuera sacado en pesetas (unos 18 millones y medio de la época) y después ser transformado en francos franceses. Pero no hay pruebas.

Sobre la declaración de los peritos médicos, dirigida a evaluar las secuelas que el secuestro ha dejado en Segundo Marey, dos de ellos dictaminaron que éste vive "obsesionado" por su odisea hasta el extremo de querer volver a la cabaña de Colindres (Cantabria), donde permaneció 10 días secuestrado, para "cerrar la puerta" de la cabaña como forma de cerrar ese episodio vital. "Marey lee todo sobre los GAL, tiene recogido en una carpeta todo lo publicado sobre el tema; es algo patológico", dijeron los psiquiatras Juan José Carrasco Gómez y Enrique Fernández Rodríguez.

Culebras con pelos

Ambos médicos explicaron que a Marey se le han agudizado sus recuerdos a partir de la reanudación del proceso judicial en 1994, hasta el punto de decir que ha sido "secuestrado dos veces". Ven posible que padeciera "desorientación" e "ilusiones" durante su cautiverio, pero vieron "difícil" que llegase a tener "alucinaciones" que le llevaran a ver las "culebras de color, con pelos" que describió en su declaración.Carrasco y Fernández tampoco supieron objetivar el "síndrome del superviviente" que le hace sentir a Marey culpable de vivir mientras en otras familias hay víctimas del terrorismo. "Puede que haya sacado ese concepto de sus lecturas sobre Vietnam, pero ni eso ni el síndrome de Estocolmo, ni el síndrome del norte existen en psiquiatría", dijeron.

Marey padece hipertensión y leucemia desde 1993, así como una broncopatía de fumador y por tocar el saxo, pero tales enfermedades no derivan del secuestro.