Peter Brook explora el enigma de la memoria
El director británico lleva al Festival Grec de Barcelona el montaje "Je suis un phénomène"
El genial director teatral británico Peter Brook (Londres, 1925) continúa explorando los secretos de la memoria y los enigmas del cerebro. Un tema que concierne a todo el mundo y ha vuelto a convertir en puro y furioso teatro en Je suis un phénomène, obra que reconstruye el caso real de Solomon Veniaminovitch, un hombre de memoria prodigiosa e incapaz de olvidar. El montaje, estrenado en París el pasado mes de marzo, se presentó ayer en el Mercat de les Flors de Barcelona como una de las citas estelares del Festival Grec 98, en cartel hasta el 2 de julio, y podrá verse del 17 al 21 de agosto en el cine Capital de Santiago, dentro de las grandes propuestas de Compostela Millenium Festival.
Mientras los actores del Théâtre des Bouffes du Nord de París presentaba ayer en Barcelona Je suis un phénomène, el maravilloso septuagenario, uno de los máximos creadores escénicos del siglo, se encontraba en Francia ultimando el que puede ser uno de los acontecimientos líricos del año, una nueva producción de Don Giovanni, de Mozart, bajo la batuta de Claudio Abbado, que el viernes abre el Festival Internacional de Aix-en-Provence.Los actores Maurice Bénichou, Bruce Myers y Geneviève Mnich, veteranos colaboradores de Brook, señalaron ayer que Je suis un phénomène, pieza teatral que antes fue un guión cinematográfico escrito por Marie-Hélene Estienne y el propio Brook, inspirado en Une prodigieuse mémoire, del célebre neuropsicólogo Alexandr Romanóvitch Luria (1902-1977), reivindica la relación del cerebro con la memoria colectiva. "Es un espectáculo en el que Brook trabaja sobre la naturaleza humana, sobre las emociones que experimenta un hombre como Shereshvenski, un caso clínico real que le fascina desde hace décadas", comentó Bénichou.
El interés de Brook por el fenómeno Shereshvenski data de uno de sus espectáculos anteriores, L´home qui, inspirado en los casos clínicos que el neurólogo británico Olivier Sacks describe en El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. El director descubrió gracias a Sacks el libro Une prodigieuse mémoire, en el que Luria describe su intensa relación con un paciente que podía recordar cuanto se proponía, el periodista Shereshvenski,al que trató durante tres décadas.
Bruce Myers explicó que en el montaje el espectador puede descubrir los pensamientos y las emociones de un enfermo en su relación cotidiana con los médicos. "Durante varias semanas visitamos un hospital de París para observar el trato diario entre médicos y pacientes y no sobreactuar al llevar a escena su comportamiento cotidiano", explicó Myers.
En la obra, Peter Brook y Marie Hélene Estienne reconstruyen la relación de Shereshvenski y Luria, muertos, respectivamente, en 1977 y 1967, y sitúan a los dos personajes en el Nueva York actual. "Pero lo que le interesa a Brook", señaló Geneviève Mnich, "no es ni el psicoanálisis ni la neurología ni las discusiones científicas, sino el teatro, que es un escenario de emociones". "A Brook le fascina el fenómeno de la sinestesia y sus misteriosas asociaciones, una característica de Shereshvenski que también posee una pintora inglesa que conoce hace años", explicó la actriz francesa. "Y en el escenario evita los conflictos estériles entre el médico y el paciente porque lo que persigue es reflejar los misterios del alma", añadió. Una plataforma y tres monitores de televisión bastan a Brook para crear un espectáculo teatral clásico, aseguró Maurice Bénichou, que muestra los vínculos especiales de los dos personajes con enorme eficacia comunicativa. "Lo que importan son las preguntas sobre el comportamiento humano, sobre los misterios que encierra la memoria, sobre los mecanismos del cerebro, sin importar el sexo, la raza, la religión o las ideologías", señaló.
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