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45 de los 50 filmes más taquilleros en 1997 hubieran tenido versión catalana de existir el decreto del cine

De los 50 filmes más taquilleros exhibidos en Cataluña el año pasado, 45 hubieran tenido versión en catalán de haber estado en vigor el decreto de aplicación de la Ley de Normalización Lingüística al cine. De esos 45 títulos se distribuyeron más de 20 copias, y esa es la cantidad mínima a partir de la cual, según exige la norma, un filme deberá tener versión catalana desde el año próximo y hasta el 2001, después el baremo se sitúa en 16 copias. El decreto establece que la mitad de copias habrán de distribuirse dobladas al catalán. La realidad es que en 1997 sólo cuatro del medio centenar de filmes más taquilleros se ofrecieron en catalán y con menos copias que en castellano.

De acuerdo con datos facilitados por el Departamento de Cultura, los espectadores hubieran podido elegir la versión catalana en 45 de las películas más taquilleras de estar en vigor el decreto, porque de todas ellas se distribuyeron más de 20 copias. De las cinco restantes hasta completar el medio centenar, cuatro fueron originalmente en lengua castellana -Airbag, Carne trémula, El amor perjudica seriamente la salud y Perdita Durango- y la quinta, Todos dicen I love you, de Woody Allen, se exhibió con 15 copias. En lugar de esos 45 títulos que la norma derivada de la ley del catalán hubiera exigido doblar a esta lengua, sólo tuvieron versión en lengua autóctona cuatro filmes: El pacient anglès, Hèrcules, El demà no mor mai y El Sant, en cuyo doblaje y promoción el Departamento de Cultura invirtió 37.132.646 pesetas. Pese a esa fuerte inversión, el número de copias distribuidas en catalán de las cuatro películas fue muy inferior al de la versión en castellano. El pacient anglès tuvo 5 en catalán frente a 24 en castellano (20%); Hèrcules, 10 frente a 42 (24%); El demà no mor mai, 6 frente a 36 (17%), y El Sant, 4 frente a 37 (11%). El promedio de afluencia de público a las salas donde se exhibieron los títulos en catalán fue sensiblemente inferior al de los cines que programaron las mismas películas en castellano, excepto en el caso de Hèrcules, que registró 7.033 espectadores de media por copia en catalán frente a 8.083 en castellano. A El pacient anglès asistieron 12.238 personas de media por copia en catalán y 20.852 en castellano; El demà no mor mai recibió 4.645 espectadores en la versión en catalán y 7.152 en la castellana, y 3.849 personas vieron El Sant en catalán y 5.565 en castellano. El Departamento de Cultura resta importancia a estas cifras, aparentemente negativas para la oferta en catalán, y recuerda que entran en juego otras variables mercadotécnicas que los datos no pueden revelar; por ejemplo, en qué clase de salas se han exhibido las películas en catalán, sus condiciones de comodidad, accesibilidad, modernidad, situación en las ciudades, etcétera. De las cifras difundidas por Cultura se extrae otro dato, éste económico, y es el coste para el sector de la distribución que hubiera tenido el doblaje al catalán de los 45 títulos afectados teóricamente por el decreto. Este coste, en opinión de Cultura, no debería ser motivo de críticas de los distribuidores ya que resulta bajo en comparación con los ingresos que éstos perciben. Tomando como índice los tres millones de pesetas de promedio que cuesta doblar un filme, el doblaje de 45 ascendería a 135 millones, mientras que la recaudación de esos 45 títulos más taquilleros se elevó en 1997 a 8.709 millones de pesetas. Eso significa que el coste del doblaje al catalán representaría el 1,5% de lo ingresado en taquilla.

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