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El cine rinde homenaje al productor Pepón Coromina

Muchos lo pensaban, pero la única que lo expresó fue Rosa Vergés, que conoció a Pepón Coromina siendo una meritoria de dirección. Con voz entrecortada, la cineasta proclamó que, aunque el productor murió hace 10 años, "está aquí: no se ha ido ni se irá nunca". Los otros participantes en el homenaje que ayer dedicó a Pepón Coromina en Barcelona la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas no fueron tan lejos como Vergés, pero sí recordaron momentos compartidos con un hombre que describieron lleno de vida hasta que se la arrebató un cáncer de pulmón el día de Navidad de 1987. También destacaron la actualidad de sus propuestas y que fue precursor en su oficio.En el palacete que es sede de la Sociedad General de Autores (SGAE) se reunieron ayer bastantes directores que trabajaron con Coromina -faltó Pedro Almodóvar, que, sin la ayuda del productor, tal vez no hubiera estrenado su primer largometraje, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón-. Estuvieron Bigas Luna, que realizó con Coromina los filmes de su época negra -Bilbao, Caniche y Angustia-; Eloy de la Iglesia -El diputado y Navajeros-; Gonzalo Herralde -El asesino de Pedralbes y Últimas tardes con Teresa-; Jordi Cadena -La oscura historia de la prima Montse-, y la actriz Silvia Munt, que tuvo su primera oportunidad en La plaza del Diamante -dirigida por Francesc Betriu-. También participaron dos jóvenes promesas en los ochenta, Agustí Villaronga y la ya citada Vergés, en quienes Coromina creyó firmemente. La industria del cine estuvo representada por el presidente de los productores, Gerardo Herrero, y Manuel Martín de Blas, entre otros. El Ministerio de Educación y Cultura envió al director general de Cinematografía, José María Otero. De Coromina, Bigas Luna subrayó su capacidad de combinar creatividad y producción: "Era muy poco intervencionista, y, si intervenía, que lo hacía, ni te enterabas". De la Iglesia asintió: "Todos somos conscientes de que, en las películas que hicimos con él, su presencia es tremenda". Villaronga aludió a la faceta innovadora del productor. "Le excitaba la novedad y jugaba fuerte a eso", señaló, y añadió: "No buscaba la cualificación en los profesionales, sino su energía, sobre todo la nueva". Sobre que Coromina trabajó indistintamente en Madrid y Barcelona sin que eso le planteara problemas, Bigas comentó: "Pepón era un auténtico productor. Sus películas estaban por encima de las lenguas y de muchas cosas".

Nadie sacó a colación el decreto del catalán en el cine. Para los asistentes, estaba claro que una cosa es la lengua y otra el cine. Desde el público, el estudioso del cine Román Gubern lo resumió: "Pepón tenía una visión opuesta a la del productor como un tendero localista que tanto predomina hoy en Cataluña, en parte propiciado por la Administración".

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