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Entrevista:

«Si se mantienen las sanciones habrá otra crisis»

«El acuerdo "petróleo por alimentos" no ha resuelto el sufrimiento del pueblo»

Juan Carlos Sanz

Al cristiano nestoriano Tarek Aziz, de 62 años, le ha tocado en suerte representar el papel de policía bueno en el Gobierno del musulmán sunita Sadam Husein. Como viceprimer ministro y jefe indiscutido de la diplomacia iraquí refleja la imagen más presentable del régimen de Bagdad. Pero este aparente moderado es también el ideólogo del Partido Baas Árabe Socialista, que se hizo con el poder hace 30 años, desencadenó la guerra con Irán en los ochenta y desafió al mundo al invadir Kuwait en 1990.Pragmático y hábil comunicador, Aziz ha sobrevido a todas las purgas gracias a la lealtad a toda prueba que profesa a Sadam. Más intelectual que funcionario del aparato, el viceprimer ministro iraquí llegó ayer a Madrid para recabar nuevos apoyos para el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas tras la guerra del Golfo.

Pregunta. El jefe de los inspectores de la ONU, Richard Butler, ha advertido que Bagdad quiere excluir el gas nervioso VX de la vigilancia internacional. ¿Qué debe hacer aún Irak para lograr el levantamiento de las sanciones?

Respuesta. Irak ha cumplido todas las resoluciones de la ONU y ha eliminado todas las armas de destrucción masiva. Existe un sistema de vigilancia de armamento en Irak desde 1994. Pero el problema es que la Unscom (Comisión Especial de Desarme de la ONU) no lo ha reconocido, ya que está en gran medida influida por Estados Unidos y el Reino Unido.

En nuestra última reunión en Bagdad aceptamos un plan para trabajar en los dos próximos meses y ultimar algunas cuestiones secundarias que quedaban pendientes. Butler habla en positivo en Bagdad, pero cambia hacia un tono confuso cuando vuelve a Nueva York, bajo la influencia de los anglosajones. Así ha sido el juego todo el tiempo.

P. ¿Teme que estalle otra crisis con EE UU como la del pasado otoño?

R. Nosotros no creamos la crisis; nos fue impuesta cuando Unscom empezó a pedir cosas que amenazaban nuestra seguridad. Ahora Unscom actúa según el acuerdo que suscribimos con Kofi Annan (en febrero) para garantizar la dignidad de Irak. Pero si Estados Unidos insiste en mantener las sanciones a pesar de los progresos que ha hecho Irak, puede haber otra crisis.

P. ¿Los 5.200 millones de dólares (800.000 millones de pesetas) del actual programa petróleo por alimentos van a ser suficientes para atender a la población civil iraquí?.

R. El acuerdo petróleo por alimentos no ha resuelto el sufrimiento del pueblo de Irak. A pesar de que comenzó a finales de 1996, la situación humanitaria no ha mejorado. Ahora se ha aumentado el importe de 2.000 a 5.200 millones de dólares, pero estas cifras son engañosas, porque un 30% se destina a pagar las reparaciones de guerra y otra suma importante sirve para pagar las actividades de la ONU en nuestro país, así que lo que le queda a Irak es poco, no es suficiente para satisfacer nuestras necesidades. Siempre se producen retrasos, y además, no podemos producir tanto petróleo como para llegar a las cifras que se manejan, ya que las sanciones han deteriorado nuestra industria. La solución al problema humanitario iraquí no está en el acuerdo petroléo por alimentos sino en el levantamiento del embargo para que Irak pueda tener ingresos.

P. ¿Esto es lo que le va a plantear hoy al presidente del Gobierno español?

R. Irak ya ha cumplido las resoluciones de la ONU adoptadas hace siete años. Ahora estamos al final, no al principio del problema. Lo que Irak quiere, y pide a todos los países, incluida España, es una interpretación legal y justa de esas resoluciones, que verifiquen que se han cumplido limpiamente, y lo digan públicamente. Estados Unidos sigue negándose, pero, gradualmente, miembros del Consejo de Seguridad, de la Unión Europea y de toda la comunidad internacionalse van percatando de que Irak ha cumplido su palabra. El fin de las sanciones es también parte de las resoluciones, que prevén su retirada tras la verificación del desarme. Cuando EE UU insiste en seguir bloqueando el levantamiento de las sanciones viola también las resoluciones del Consejo e Seguridad.

P. ¿Qué papel puede desempeñar España en este proceso?

R. Espero que España pueda actuar de forma independiente; es uno de los países que más perdió en sus relaciones comerciales con la imposición de sanciones a Irak, como Francia o Italia.

P. ¿Irak debe emprender también un proceso de democratización tras el fin de las sanciones?

R. La situación de la democracia en Irak es una cuestión controvertida. Pero la sociedad de Irak no es la misma que en Francia o Italia y no podemos seguir los mismos caminos que Europa. Claro que el Gobierno iraquí es aceptado y apoyado por el pueblo. Y eso es lo importante. En cualquier caso, la cuestión de la democratización no debe ser usada como pretexto para imponer nuevas sanciones.

P. ¿Bagdad pretende recuperar la plena soberanía sobre el norte de Irak, bajo control de los partidos kurdos desde la guerra del Golfo, o va a ofrecer un sistema de autogobierno?

R. La mayoría de la población kurda no pide la independencia: quiere seguir siendo iraquí, pero con una amplia autonomía. Nosotros lo aceptamos, no como Turquía, que ni siquiera reconoce la autonomía para su población kurda, y mata a kurdos iraquíes cuando invade el norte de Irak.

P. ¿Cómo ve el proceso de acercamiento entre Irán y EE UU?

R. No conozco los detalles y no debo hacer un comentario oficial. En cualquier caso, creo que es un paso en la buena dirección.

P. ¿Qué opina de la escalada nuclear entre India y Pakistán?

R. ¿Por qué sólo cinco grandes países pueden tener legalmente armas nucleares y los demás no? Israel tiene armas nucleares y nadie parece decir nada sobre ello mientras se hacen grandes declaraciones sobre India y Pakistán. Estamos de nuevo ante una política de doble rasero.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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