Un polémico homenaje a Lorca y Ganivet frente al éxito del "Quijote"

En un año cargado de significativas conmemoraciones, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada abrió el viernes su 47 edición mostrando con fuerza su filosofía artística, en un programa de incuestionable calidad musical que acabó irritando, por su aridez, a un público partidario de inauguraciones más festivas. Una gran orquesta finlandesa en plena ascensión, la Sinfónica de Lahti, dirigida por Osmo Vänskä, brindó un programa sin concesiones, preñado de esencias literarias, en un doble homenaje a Lorca y a otro ilustre granadino en el centenario de su muerte en aguas del Báltico, el novelista y ensayista Ángel Ganivet.

La interpretación, como pieza estelar del concierto de la impresionante Sinfonía número 14 para soprano, bajo y orquesta que Shostakovich compuso en 1969 sobre poemas de Lorca, Apollinaire y Rilke, hundió en la desesperación a buena parte del público, que soportó con estoicismo la profunda y sobrecogedora reflexión sobre la injusticia de la muerte que propone la obra, perfecta para no olvidar el trágico final de Lorca y Ganivet.La Sinfónica de Lahti, que exhibió un soberbio nivel, consiguió una versión demoledora, de gran intensidad dramática, tan acertada como la fascinante interpretación de Ocaso boreal, una excelente partitura, de inquietante belleza sonora y gran poder visual encargada por el certamen al compositor madrileño Jacobo Durán-Loriga utiliza magistralmente los recursos orquestales. La velada, que contó con la presencia de la ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, y Tomás Marco, director general del INAEM, sirvió de pórtico a una programación que explora con imaginación la relación entre literatura, música y danza a través de canciones, poemas sinfónicos y coreografías con argumento, con un abanico de inspiraciones literarias desde Don Quijote, Romeo y Julieta o La divina comedia hasta Don Perlimplin.

Calidad técnica

Precisamente con su magnífica versión coreográfica de Don Quijote, Víctor Ullate consiguió un rotundo éxito abriendo el sábado la programación de danza en el teatro del Generalife. El espectacular montaje, con coreografía a partir de los originales de Petita y Gorski, salva una partitura larga y mediocre con una puesta en escena en la que asombra continuamente la riqueza y belleza del vestuario diseñado por Roger Salas. A la imaginación de Ullate, que ofrece un verdadero festival de danza clásica, se une la enorme calidad técnica y la fabulosa entrega del Ballet de la Comunidad de Madrid, que cautivó plenamente al público granadino.El festival, que hace varios años salió del recinto de la Alhambra para inundar de música los históricos rincones de la ciudad, está consiguiendo renovar el público con una singular oferta concertística que se articula en diferentes ciclos. En su segunda jornada, inició su andadura el ciclo consagrado a las músicas que se crearon en torno a Felipe II, en el cuarto centenario de su muerte. El prestigioso conjunto vocal The Sixteen, dirigido por Harry Christopher, abrió la muestra musical alrededor del rey mecenas con un soberbio programa de polifonía del Renacimiento en la catedral de Granada, con obras de Victoria, Cabezón, Palestrina, Lobo y Tallis.

Por la noche, el cantaor Chano Lobato inundaba de arte jondo el patio del Ayuntamiento granadino acompañado por el guitarrista Juan Habichuela, en la primera cita flamenca.

Con la música del compositor finlandés Jean Sibelius presente en sus dos actuaciones, entre ellas el estreno en España del poema sinfónico La ninfa del bosque, la Orquesta Sinfónica de Lahti ha querido ilustrar la intensa vinculación del homenajeado Ángel Ganivet con Finlandia, país en el que vivió los tres últimos años de su vida y publicó la mayor parte de su obra, incluida la primera edición en castellano de Granada, la bella.