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El coreógrafo Ramón Oller estrena "La Celestina" en el Teatro Real

El ballet cuenta con guión de Marsillach y música de Bernaola

El coreógrafo catalán Ramón Oller estrena el próximo miércoles 24 La Celestina, primera producción de danza española del Teatro Real, con el Ballet Nacional de España. El guión y la dirección escénica han sido encomendados a Adolfo Marsillach, mientras la partitura original fue encargada a Carmelo Bernaola. El programa se completa con varias obras de repertorio, y entre ellas, Silencio rasgado, de Aída Gómez, la nueva directora artística de la compañía titular española. Las representaciones se extienden hasta el 1 de julio, y el teatro ha manifestado que aún dispone de entradas fuera de los abonos.

Entre prueba de vestuario y ensayo de pase completo, Ramón Oller ultima los detalles del complejo montaje que se estrena el próximo miércoles en el Real. «Desde el principio he apostado por hacer a la vez varias versiones del montaje. Que no sólo se pudiera ver en el Teatro Real con su sofisticada mecánica, sino en otros teatros que no cuentan con tales medios», declara Oller.Entre los bailarines del Ballet Nacional de España se nota un cierto entusiasmo al estar enfrascados en una obra muy diferente de lo que están acostumbrados a bailar. «He trabajado con mucho placer con estos bailarines. Al principio, aparentemente, iba a ser difícil, ya que partimos de bases y lenguajes muy diferentes. Por ejemplo: el flamenco como tal y el vocabulario contemporáneo. Pero resulta que no, luego la danza es siempre una. Ya lo expresó Martha Graham cuando hizo su Malagueña en los años treinta y aprendió mucho del acento flamenco».

La relación entre los intérpretes y el coreógrafo no parece tener fisuras. «Los bailarines del Nacional se han entregado hasta el fondo, y eso es de agradecer. En este sentido, estoy contento con los resultados, que como toda obra de creación, tiene sus riesgos». La Celestina cuenta diseños de escenografía y vestuario de clara inspiración oriental, de Montse Amenós García, y con el libreto y la dirección artística de Adolfo Marsillach. «La colaboración con Marsillach ha sido fluida, y se ha mostrado muy comprensivo con lo que exige el baile mismo fuera de las argumentaciones propiamente teatrales».

Pasión sin frenos

«Pensaba en La Celestina como una especie de Romeo y Julieta, pero resulta que no. Calixto y Melibea quieren pecar desde el principio, están a por una pasión sin frenos. El haber hecho Romeo y Julieta antes, claro que me ayudó a entrar en una gran obra, pero ya hoy me resisto a compararlas. El análisis literario e histórico de Marsillach también ha sido fundamental». Con respecto a la plantilla, Oller cree haber acertado en la selección. «El personaje de Celestina es complejo, y he encontrado en Maribel Gallardo una actriz debajo de la bailarina. Además, borda las escenas donde usa sus castañuelas; de la Melibea valoro la parte más contemporánea, su manera de bailar lo moderno. Este montaje, con su escala de gran teatro y gran compañía, me ha hecho comprender definitivamente que el trabajo en colaboración es mucho más productivo en lo artístico. Casi nada se puede hacer en solitario, y la inspiración muy pocas veces viene sola».«Para mí», añade, « La Celestina ha sido un curso acelerado de compenetración con la música. He tenido dos horas diarias en lectura musical y solamente he tenido cuatro semanas para armar la coreografía. La presión de tiempo tiene su parte mala, pero también compulsa a la creación, a una urgencia. La Celestina me ha dado fuerzas para seguir adelante con estos ballets de gran formato».

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