El PP suspende de militancia a Sergio Marqués y a los seis consejeros del Gobierno de Asturias

El Partido Popular dio ayer un paso más en la ofensiva para derribar a Sergio Marqués de la presidencia del Gobierno de Asturias y le suspendió "cautelarmente" de militancia tanto a él como a los seis consejeros que integran el Ejecutivo autonómico. De esa manera el PP, a través del comité nacional de conflictos y disciplina, respondía a la decisión tomada por Marqués el día anterior de impulsar la comisión de investigación sobre la Caja Asturias, que puede afectar al presidente regional de los populares, Isidro Fernández Rozada. Éste aseguró ayer que no teme nada y que apoyará esa investigación.

El PP sostiene que la negativa de Marqués a dimitir como presidente del Principado y su insistencia en no destituir al consejero que criticó públicamente a Francisco Álvarez Cascos es razón más que suficiente para acordar su expulsión del partido. El comité nacional de disciplina del PP abrió ayer un expediente sobre este asunto y suspendió "cautelarmente" de militancia tanto a Marqués como a los seis consejeros que integran el Gobierno asturiano -Leonardo Verdín, Antonio Cueto, Juan José Tielve, Manuel Fernández, José Antonio G. García-Portilla y María Victoria Rodríguez Escudero-. Un camino similar seguirán en los próximos días los otros tres diputados autonómicos que aún respaldan a Marqués en el Parlamento regional si no se retractan.Para los citados consejeros, su expulsión del PP tampoco les resultará muy traumática. Son más bien personalidades de perfil profesional y técnico, y su militancia en el partido data de las anteriores elecciones autonómicas, en 1995. Tielve, ingeniero de profesión, mantuvo ayer una breve charla con el presidente del partido para preguntarle si aún cabía alguna solución que no resultase tan drástica. Fernández Rozada le replicó que ya no hay marcha atrás porque han entrado en funcionamiento los órganos internos del PP.

El propio Rozada, hombre de confianza de Álvarez Cascos en esta crisis, comunicó ayer a la dirección nacional del partido que ni Marqués ni sus consejeros han realizado en los últimos días gesto alguno que pudiera interpretarse como de rectificación. Informó oficialmente de que el presidente autonómico se niega a dimitir, en contra de lo que le ha pedido el PP, y que ha sustituido a los dos consejeros que le presentaron el pasado lunes la dimisión. El líder de los populares asturianos recordó que el partido ha retirado la confianza política a Marqués y, por tanto, solicitó que quedara suspendido de militancia tanto él como los consejeros que le acompañan en el Consejo de Gobierno.

Félix Pastor y Carlos Argos, presidente y secretario del Comité nacional de conflictos del PP, órgano que aún no se ha reunido desde que estalló la crisis, asumieron las propuestas de Fernández Rozada y acordaron abrir un expediente disciplinario. El Comité será convocado en los próximos días y deberá escuchar la versión de los implicados. Luego, determinará si hace firme la sanción que ya ha esbozado. Contra esa actuación cabe recurso. Desde la apertura del expediente hasta su resolución debe transcurrir, en principio, no más de un mes.

El PP persigue ahora boicotear en el Parlamento de Asturias todas las iniciativas que pretenda promover el Gobierno de Marqués, para socavar así su hipotética actividad legislativa. Simultáneamente, intentará expulsarle del partido en el plazo más breve posible y tratará de consensuar con la oposición alguna salida al conflicto. Pero el intento de aislamiento en el Parlamento se enfrenta a un problema de calendario. La semana próxima concluye el periodo de sesiones, y el Parlamento no abrirá de nuevo sus puertas hasta después del verano. Marqués, mientras, acelerará su presencia en todo tipo de actos públicos e inauguraciones, a menudo anunciadas en espacios publicitarios.

Difícil moción de censura

La viabilidad de una moción de censura no parece sencilla. El PP está desplegando una serie de contactos con los demás partidos de la oposición (PSOE e IU), y confía en que la mala sintonía de los portavoces de esos partidos con Marqués allane sus propósitos. Pero la oposición recela del aparato del PP y, sobre todo, del papel jugado en esta batalla por Álvarez Cascos.El presidente regional del PP, desbordado estos días por diversos frentes, avanzó ayer que su partido no pondrá ninguna traba al impulso dado por el Gobierno de Marqués a la investigación parlamentaria sobre Caja Asturias. Una investigación que puede afectar al propio Rozada.

La comisión de investigación fue aceptada hace medio año en contrapartida al apoyo del diputado fugado de IU, Antón Saavedra, a los presupuestos regionales. Saavedra tenía especial interés en saber cómo se fraguaron algunas operaciones financieras que implicaban a los socialistas y, sobre todo, al actual alcalde de Gijón, Vicente Areces, candidato del PSOE a la presidencia de Asturias en las próximas elecciones. Tras ver que la comisión no avanzaba, Saavedra denunció que el PP, y en particular su presidente regional, bloqueaba la investigación. Incluso le acusó de haberse beneficiado de créditos especiales de la Caja tanto para asuntos personales como para la compra, hace 11 años, de la sede del PP. Rozada mostró ayer certificaciones internas de Caja de Asturias en las que se afirma que ni él ni sus familiares han contraído jamás ningún crédito con esta entidad. Y aseguró que no solicitó ningún préstamo ni a la Caja ni a otros bancos para adquirir la sede del PP.

El alcalde Oviedo, Gabino de Lorenzo, calificó de ayer "inútiles" a los consejeros asturianos.

De otro lado, el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, declaró en Barcelona que en la crisis del PP asturiano Álvarez Cascos ha actuado de forma "autoritaria y caciquil", y se mostró sorprendido de que éste, "sacando pecho y firme el ademán, haya dicho que no tiene por qué dar explicaciones" de su actuación.