De Lorenzo vuelve al ataque

Las relaciones entre el presidente autonómico, Sergio Marqués, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, son peor que malas. Ni se respetan ni se aprecian ni se comprenden. Rivalizan en todo y por cualquier cosa, aunque sea un detalle. Y lo hacen en público, a veces a unos metros el uno del otro. Ocurrió ayer de nuevo en el fallo del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Marqués, de carácter más bronco y menos sibilino, es no obstante el que más se corta. De Lorenzo, díscolo, sinuoso y populista, suele ser el que arrea primero.El fallo del premio se produjo, como siempre, a las doce en punto de la mañana, en el hotel Reconquista. Allí estaban a esa hora, puntuales, todos los patronos, y Marqués. Junto a él una silla permanecía vacía. Era la reservada para De Lorenzo. A las doce, Marqués emprendió la lectura del fallo, que concedió el galardón a Nicolás Castellanos, Vicente Ferrer, Joaquín Sanz y Muhammad Yunus. Leído el escrito, cuando los patronos casi se levantaban, irrumpió el alcalde. Dio tiempo a que se sentara, se encendieran los flashes y finalizara el acto.

Luego, Marqués se negó de nuevo a hablar de la crisis política que vive el Principado. De Lorenzo, tras felicitar a los medios de comunicación por su absoluta puntualidad, quiso hablar de concordia. Y elaboró un mensaje sobre "los resultados espectaculares" que se pueden lograr en todas partes si cada individuo se afana por mejorar las condiciones de vida de los demás. Y ahí enlazó con la "fase extraña, difícil, anómala, de confrontación" que sufre Asturias. Fue cuando apuntó ya sin disimulo contra Marqués, al que culpó de obstinarse en seguir en el cargo tras haber perdido toda legitimidad. Después, le criticó por no facilitar la construcción en Oviedo de un museo para la colección de pinturas de la Fundación Masaveu.