Jesús Soto expone la «sensación del espacio» en cubos y "penetrables"
El artista venezolano inaugura en Madrid la Galería del 98
El artista venezolano Jesús Soto (Ciudad Bolívar, 1923) considera el espacio como «una identidad plena y no un vacío». Sus instalaciones penetrables se pueden atravesar y ofrecen «otro tipo de sensaciones». Un penetrable rojo de tubos de transfusión ocupa el centro de la Galería del 98, un nuevo espacio del Centro Cultural del Conde Duque inaugurado ayer. «Me preocupa el espacio temporal, el espacio animado», declaró el artista.
Soto presenta en Madrid 39 obras realizadas en los últimos diez años en sus estudios de Caracas y París. El penetrable es un encargo del centro municipal Conde Duque para abrir la Galería del 98, una pieza que ha sido donada por el artista. El Conde Duque quiere convertirse en el primer espacio de Madrid para exposiciones temporales, según dijo ayer el concejal de Cultura, Juan Antonio Gómez-Angulo. Junto con Soto, el centro presenta hasta el 5 de julio los montajes de Dis Berlín y Andrés Conejo. La rehabilitación del antiguo cuartel, realizada por el estudio del arquitecto Julio Cano Lasso en los últimos 20 años, incluirá una planta entera para mostrar la colección de arte contemporáneo del Museo Municipal. Este fondo se ha formado desde la exposición Madrid DF, de 1980, con predominio de artistas jóvenes cuyas obras se han adquirido en la feria de Arco. Soto señala que «el arte de tipo estructural casa bien con la arquitectura antigua», como demuestra la experiencia de colocar sus piezas en abadías o iglesias. Durante un año ha pensado la situación de sus obras para el montaje del Conde Duque, la instalación de sus cubos desde el techo, con objeto de «manipular el espacio, en una simbiosis de plástica y arquitectura». La muestra -abierta hasta el 2 de agosto- coincide con la celebración en Madrid de la Capital Iberoamericana de la Cultura.Desde los años cincuenta, Soto profundiza en las experiencias de Albers, Mondrian, Malevich, el cubismo y la música seriada de la Escuela de Viena. Su primera estructura cinética es de 1956 y desde entonces estudia la desintegración óptica desde los desplazamientos. Diez años después realiza el primer penetrable y crea ambientes cinéticos en espacios arquitectónicos y urbanos. Soto declaró ayer que da libertad al espectador para descubrir las diversas formas de sus piezas, elaboradas en muchas ocasiones con materiales como hilos de nilón, tubos de aluminio y plexiglás.
«Deseo que la gente encuentre una nueva manera de ver la obra de arte en el espacio, ver el espacio como una obra de arte. Desde hace años me han interesado los volúmenes virtuales, que ahora están tan de moda, que yo entiendo como una cosa que no existe y da la sensación de existir». Soto dice que el interés por el espacio como entidad importante de la obra de arte arranca con los impresionistas, que pintan cuadros varias veces para ver cómo cambia la luz con el mismo motivo. A este punto de partida el artista añade el cubismo. Según el comisario de la exposición, José María Losada, Soto es «un ejemplo de fidelidad a los principios del constructivismo».
Babelia
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