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El tratamiento de las aguas tóxicas del Guadiamar se iniciará en 15 días

La comisión que coordina las actuaciones de Gobierno y Junta de Andalucía tras el vertido tóxico en el río Guadiamar, decidió ayer seguir adelante con el proyecto de la Escuela de Ingenieros de Sevilla para tratar las aguas tóxicas aún embalsadas en la zona de Entremuros. La comisión encargó la construcción de una balsa de unos 100.000 metros cuadrados para experimentar con carbonato sódico, el reactivo que se usará para precipitar los metales pesados disueltos en el agua. El coordinador del Gobierno Félix Pérez Miyares calculó que esta primera fase del proceso se iniciará en 15 días.El plan aprobado por la comisión se ha decantado por la seguridad. Pérez Miyares indicó que con este sistema se garantizará que las aguas que se viertan al Guadalquivir no tendrá contaminación alguna. El volumen de agua tóxica que será tratado en primer lugar está entre dos muros de contención que se construyeron en los primeros días tras la rotura del depósito de la explotación minera de Aznalcólla. Si el sistema da buenos resultados, los técnicos procederan a bombear el resto del agua tóxica -unos tres hectómetros cúbicos- a la balsa que empezarán a construir la empresa pública Tragsa.

La balsa en la que se incorporará el carbonato sódico tendrá capacidad para dos hectómetros cúbicos y se instalará aguas abajo de los muros de contención. Los expertos del grupo de Aguas estimaron además que la cantidada a tratar se habría visto reducida por la acción de la evaporación a un ritmo de un millón de hectómetros cúbicos por mes, por lo que los representantes de la comisión mostraron su confianza en cumplir con el plazo de realizar el desembalse al Guadalquivir antes del mes de octubre, fecha límite marcada por los científicos del CSIC.

Alternativas técnicas

El método de usar carbonato sódico en una balsa de depuración se ha impuesto a otros criterios como el defendido por el mismo CSIC, que abogaba por tratar las aguas in situ con otro reactivo químico, el hidróxido cálcico. Ayer, incluso, un corsorcio de empresas de Estados Unidos, Canadá y Sudáfrica presentaron a la asociación agraria Asaja un método alternativo.

Este consorcio -que esgrimieron una medalla de oro de la NASA por convertir la orina de los astronautas en agua potable-, defiende que con una combinación de bacterias y un líquido que imanta los metales del agua se acelera el proceso de regeneración del líquido sin producir ninguna agresión al medio. "Es un método que permite limpiar el agua de una forma permanente, ecológica y natural", aseguró un representante del consorcio. Por otra parte, el director de la explotación minera de Aznalcóllar y el ingeniero que realizó el proyecto de recrecimiento de la balsa siniestrada prestarán declaración a final de esta semana en el juzgado que realiza las diligencias por el vertido.

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