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Reportaje:

La ciudad de los perros perdidos

La Sociedad Protectora de Animales y los dueños de perros de Vitoria han apreciado en los últimos meses un fuerte incremento en el robo de canes en la ciudad. La asociación asegura haber recibido en pocas semanas cerca de una treintena de denuncias por la desaparición de animales, aunque no se han tramitado ante la Ertzaintza. Rosa Letamendia, responsable de la sociedad protectora en la capital alavesa, sostiene que esta oleada se ha acompañado, en algunos casos, de la petición de rescate por el perro arrebatado a sus dueños. Algunos propietarios, tras echar en falta al animal, han recibido en su domicilio una llamada en la que una persona sin identificar aseguraba que tenía a la mascota en su poder y que sólo la devolvería si pagaba una cantidad de dinero, señala Letamendía. Uno de los ejemplos que se cita es el de un perro que desapareció en el parque vitoriano de Judimendi. Sus dueños pusieron un anuncio en el que ofrecían una importante recompensa por su recuperación, y de inmediato recibieron una llamada dando cuenta del hallazgo. Correspondía a unos individuos con aspecto sospechoso que afirmaron haber encontrado al animal perdido y que, por supuesto, reclamaron y recibieron la cantidad anunciada. "La mayor parte de los casos corresponde a animales pequeños y viejos", señala Letamendia, que apunta al Ayuntamiento de Vitoria como uno de los culpables de que no se investiguen este tipo de situaciones. "No entendemos qué sentido tiene la colocación de microchips si después no existe un seguimiento de los animales que llegan a la perrera municipal", se queja. Una de las hipótesis que maneja la sociedad protectora es la actuación en la ciudad de una organización internacional que trafica en varios países europeos con perros y gatos. Un profuso informe de ADDA (Asociación para la Defensa de los Derechos del Animal) destaca que desde los años 80 se ha mantenido un "flujo regular" de animales desde los Estados del sur de Europa -España, Portugal e Italia- hacia Alemania a través de intermediarios de esta nacionalidad. El objeto de este tráfico sería, según dicho informe, las "prácticas crueles" en el país de destino e incluso la realización de experimentos médicos farmacológicos. Proveer contendientes a las peleas de perros sería otra motivación de algunos robos. Sin embargo, la Ertzaintza ha desmentido por activa y por pasiva que haya constancia de que esta bárbara práctica se realice en Euskadi. Rosa Letamendia refuta esta apreciación: "Hay comentarios e incluso testimonios de personas que las han visto, pero los organizadores de este tipo de actividades las realizan de manera muy esporádica y se cubren muy bien las espaldas frente a las actuaciones policiales", aduce. La sociedad protectora sostiene que detrás de estas desapariciones "siempre está el dinero", y acusa a las autoridades municipales de "falta de voluntad" para investigar las desapariciones.

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