24 playas del litoral vasco tienen las aguas afectadas por la contaminación
Los bañistas que acudan esta temporada al litoral vasco tendrán que tomar precauciones a causa de la deficiente calidad de las aguas. Un total de 24 playas -21 en Vizcaya y tres en Guipúzcoa- están sometidas a diario al riesgo de contaminación fecal, debido a vertidos cercanos. Con el inicio mañana de la temporada de baños, en 11 calas ondeará la bandera azul, que valora tanto el estado del agua como los servicios disponibles.
Los análisis realizados por Osakidetza establecen que la calidad del agua sólo es buena, es decir que permite el baño libre, en seis playas de Vizcaya: Aizkorri, en Getxo; Salvaje y Arrietarra, en Sopelana; Bakio, Aritzatxu (Bermeo) y Laga, en Ibarrangelu. En Guipúzcoa, el último análisis oficial revela que la calificación sanitaria de las aguas es buena, salvo en puntos determinados de las de Zarautz y Mutriku, donde aconseja "baño con precaución", es decir, una inmersión no superior a un cuarto de hora y una ducha de agua potable a continuación. El único punto negro del litoral guipuzcoano se localiza en la playa de Oribarzar, en Orio, calificada como "peligrosa" por la acumulación de fangos en la orilla. "Las playas con problemas para bañarse están disminuyendo cada año según se van ejecutando los sistema de saneamiento pero todavía hay puntos con riesgo", señala Mari Carmen Urbieta, responsable del programa de playas y piscinas del departamento de Sanidad. La Diputación vizcaína echa mano de los números: en los últimos tres años ha invertido 6.000 millones, lo que ha permitido habilitar 11 sistemas diferentes de saneamiento en el litoral; ahora se está ejecutando otros seis proyectos que beneficiarán a cinco playas y quedan pendientes otros cinco con un coste superior a los 50.000 millones. "En el año 2000 once playas de Vizcaya [cuatro más de las de este verano] estarán en condiciones de obtener la bandera azul. Bakio y Karraspio la podían haber tenido este verano pero al estar en obras de mejora la han perdido. Las otras dependen de la puesta en funcionamiento de estaciones depuradoras", afirma Esther Solabarrieta, diputada foral de Medio Ambiente. La apertura de la temporada en las quince playas que jalonan el litoral de Guipúzcoa se efectúa hoy con la mitad de banderas azules que se otorgaron el año pasado. Zumaia y Getaria mantienen el tipo, pero en San Sebastián La Concha y Ondarreta han perdido las suyas por culpa de las inundaciones del año pasado. El principal problema de las playas de la capital, especialmente La Zurriola, proviene de la falta de depuración de las aguas negras, que se vierten directamente al mar. Esta situación da lugar a que en algunas épocas del año se recomiende el baño con precaución en la playa de Gros. En la bahía de La Concha ya no se producen vertidos directos, lo que ha mejorado de forma notable la calidad de las aguas en los tres últimos años, sobre todo en Ondarreta. El municipio se gasta 170 millones al año en la limpieza diaria y el mantenimiento de los servicios playeros. Los controles sanitarios durante este verano serán semanales en San Sebastián y quincenales en el resto de las playas. Técnicos de la Diputación, que invierten 120 millones anuales en las playas, realizarán recogidas de muestras para determinar la existencia de bacterias y otras materias contaminantes. Tanto la Diputación como el Gobierno vasco esperan que no se repitan los episodios del pasado año, cuando se tuvieron que cerrar tres playas durante varios días -Plentzia, Gorliz y Karraspio- por contaminación fecal, en los dos primeros casos, y un vertido incontrolado. "Se está haciendo un gran esfuerzo, lo que pasa es que son obras importantes y de gran inversión", se defiende Solabarrieta. Osakidetza, como realiza desde hace diez años, ha realizado cursos de formación con los socorristas para que "en cuanto vean una mancha o cualquier situación anormal en el agua avisen a los técnicos de Salud Pública", señala Urbieta. Las 27 playas vizcaínas, con una superficie de 1,2 millones de metros cuadrados equivalente a 175 campos de fútbol, han recibido este año una inversión de 374 millones. De ellos, 111 se están invirtiendo en la regeneración de Arrigunaga y la construcción de un paseo peatonal en Karraspio. La saturación volverá convertirse en uno de los mayores inconvenientes: 15 playas no llegan al espacio mínimo recomendado por la normativa europea, que es de 10 metros cuadrados por persona. Las peores situaciones se localizan en Gorliz, con 1,9 metros por persona los días festivos de ocupación punta, seguida de Toña (3,5) y Ea (3,7). Una de las novedades para esta temporada en Vizcaya es la existencia de equipos de reanimación cardíaca en seis puestos de salvamento: La Arena, Ereaga, Plentzia, Bakio, Laida y Karraspio. Esta dolencia se cobró tres vidas el pasado verano en el litoral vizcaíno. El número de socorristas se elevará a los 150, que llevarán una indumentaria más ligera para facilitar su tarea dentro del agua.
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