Una rebaja con sorpresas
Por fin tenemos la propuesta del PNV para rebajar el IRPF y por lo tanto podemos discutir de algo que sepa a política y que no sea el sempiterno tema del "contenciosos". Como además se acercan las elecciones, hasta puede que el tema sirva de motivo de discusión electoral, lo que no sería nada malo. Primera constatación: los diputados forales de Hacienda que hace dos meses dijeron que la Administración vasca no podía permitirse el lujo de que la recaudación se reduzca en la misma medida que planteaba la propuesta del Gobierno del Partido Popular se han tragado sus palabras y ahora dicen que van a bajar más o menos lo mismo que el Estado, es decir un 10,4%, equivalente a 40.000 millones de pesetas. Por lo que se ve, lo de la financiación del Estado de bienestar es como un chicle que se estira y se encoge, y a nuestros diputados se les han dado un tirón de orejas desde el aparato que se dedica a sondear la opinión pública y no veía claro eso de que los vascos pagásemos más que el resto. Segunda constatación: la rebaja propuesta por el PNV es claramente más progresista que la planteada por el PP, de manera que se rebaja menos por arriba, fijando un tipo máximo del 50%, frente al 56% actual y frente al 48% que propone el PP. Por si eso fuera poco, el Gobierno de Navarra propone rebajar el tipo máximo al 40%, lo que, si no se trata de un farol político, va a ser realmente una medida espectacular y que se va a dar a tiro de piedra del contribuyente vasco y en una comunidad autónoma con unos servicios sociales excelentes. No deja de ser una sorpresa que un partido como el PNV, que tiene fuerte implantación electoral en los sectores profesionales y asalariados medios con rentas superiores a los tres millones de pesetas, proponga una reforma que en apariencia no les beneficia de manera apreciable y que incluso pueden pasar a pagar más impuestos que en la actualidad. Si a eso le añadimos el hecho de que el proyecto apunta a reducir sustancialmente, cuando no eliminar, el sistema de módulos, que es la forma tradicional de las haciendas para cobrar pocos impuestos a los aproximadamente 56.000 pequeños empresarios autónomos, entre los que el PNV obtiene muchos votos, nos encontramos con una propuesta que está realizada al margen, por no decir a espaldas, de lo que en principio parece el soporte electoral del partido que los propone. La siguiente sorpresa viene cuando de la teoría se pasa a los hechos y uno coge la calculadora y realiza unas cuantas simulaciones de declaraciones Encuentra así que no todos los contribuyentes van a ver rebajada su presión fiscal, sino que en muchos casos la van a ver aumentada. Para ello he tomado el supuesto de un contribuyente que está comprando un piso con un valor catastral de 4 millones y una contribución de 40.000 pesetas, por el que paga 400.000 pesetas de intereses y 300.000 de amortización, y que obtiene unos pequeños ingresos por intereses de 40.000 pesetas. Según el sueldo que supongamos para este contribuyente y su situación familiar, tenemos los siguientes tres supuestos en los que la reforma del PNV le supone subida de impuestos. (Ver cuadro). Todo muestreo es discutible, pero el cuadro refleja que en unos casos bastante normales la reforma le supone un alza de la presión fiscal. ¿Es simple casualidad o esconde una maniobra maquiavélica del PNV consistente en decir que se rebaja de media como en el Estado, cuando en realidad no se rebaja tanto? Suponiendo que, pese a lo que reflejan estos casos, la rebaja del IRPF sea equivalente en valores medios a la propuesta en Madrid por el PP, ¿a qué se debe el que se haya volcado ese premio sobre los salarios bajos en vez de sobre las rentas de aquellos que en principio se piensa que es el voto natural del PNV? ¿Refleja dicha opción la existencia de una ala socialdemócrata en el PNV que se ha llevado la tostada al fuego o es simplemente que, ante la necesidad de tener que pactar en las tres Juntas Generales y habida cuenta de que el PP no le sirve para obtener mayorías, tiene que inclinarse hacia el PSE y eso le lleva a proponer una tarifa tan progresista? Si ha sido esta segunda razón la causa de la propuesta, el PNV estaría dejando desguarnecido su discurso para las capas medias de la población, quienes pueden sentirse maltratados fiscalmente en comparación a la oferta del PP para el Estado, y mucho más si el Gobierno de UPN de Navarra saca adelante su propuesta de rebajar aún más el impuesto. Habrá que ver si en la campaña electoral se hace bandera de uno o otro modelo fiscal, que en eso consiste en gran medida la política en nuestro entorno europeo. Y en ese caso, si el PNV aguanta la discusión o si, como ha ocurrido con su primera intención de no rebajar los impuestos, el peso de estos sectores en la opinión pública le obliga a modificar sus posturas.
Javier Olaverri Zazpe es abogado.
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