Perote sostendrá hoy la "implicación del Estado en la trama del GAL"

El ex jefe de la Agrupación Operativa del Cesid, Juan Alberto Perote, inaugura hoy el turno de testigos que prestarán declaración en el juicio que se sigue en el Tribunal Supremo por el secuestro de Segundo Marey. El propósito del ex coronel, según un manuscrito suyo difundido hace tres semanas por la revista Tiempo, es "influir positivamente en la decisión de los jueces para demostrar la implicación del Estado en la trama GAL", lograr la "condena del PSOE" y dar su "apoyo a otros".

Juan Alberto Perote, que la semana pasada fue separado del Ejército en cumplimiento de la conde de siete años de cárcel que le impuso el Tribunal Militar Central por la sustracción de los papeles del Cesid, ha negado actuar al dictado del ex presidente de Banesto, Mario Conde. Sí ha reconocido, en cambio, su intención de ayudar a los procesados, especialmente al ex director de la Seguridad del Estado, Julián Sancristóbal, con quien mantiene una relación de amistad, y al ex jefe del Mando Único para la Lucha Contraterrorista, Francisco Álvarez, antiguo socio suyo.Por tanto, el testimonio de Perote avalará presumiblemente la línea de defensa trazada por los dos ex altos cargos de Interior: la de presentar el secuestro de Segundo Marey como una operación decidida al máximo nivel político y respaldada por sus superiores, Rafael Vera y José Barrionuevo.

Así lo ha hecho el ex coronel en las múltiples declaraciones que ha prestado en los tres últimos años ante los jueces que investigan la guerra sucia contra ETA, de Baltasar Garzón a Javier Gómez de Liaño, aunque guardando siempre un difícil equilibrio para no inculparse él mismo. De hecho, sus declaraciones tienen más importancia para otros sumarios -los de los casos Lasa-Zabala y Oñederra- que para el juicio por el secuestro de Marey.

Apoyo del Cesid

Perote ha sostenido hasta ahora que el Cesid tuvo conocimiento del inicio de las actividades de los GAL y que les prestó apoyo, aunque no participara directamente, lo que demostraría que se trataba de un tema de Estado y no de un asunto privado de algunos cargos intermedios de Interior.

Para avalar sus declaraciones ha aportado, directamente o a través de terceros, los llamados papeles del Cesid, de los que tres serían especialmente relevantes: la llamada Acta fundacional de los GAL, de julio de 1983; la nota de despacho de 28 de septiembre del mismo año, que avisaba del inminente inicio de acciones violentas contra ETA en el sur de Francia, y el referido a la elaboración en los talleres del servicio secreto de un sello con el anagrama y las siglas de los GAL.