Rusia ha dejado "la época de la mendicidad", dice Yeltsin al llegar a Bonn
El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, trata de difuminar la impresión de que el principal motivo de la visita oficial que hoy inicia a Alemania es pedir más dinero y asegura que su país ha superado «la época de mendicidad». Sin embargo, medios próximos a las administraciones alemana y rusa creen que Yeltsin aprovechará la cita con su amigo, el canciller federal Helmut Kohl, para solicitar una nueva inyección financiera, que podría consistir en una ayuda para un programa de reestructuración de un sector como el minero.
«Ahora no pedimos, como antes, a todo el que pueda darnos. Rusia ha superado ya esa época de mendicidad», manifiesta Yeltsin en una entrevista que publica hoy el semanario Der Spiegel. Opina el presidente ruso que el «punto álgido de la crisis ha sido superado en lo esencial», gracias a las medidas de su administración y el apoyo de los siete países más industrializados.«Los inversores extranjeros no tienen ningún motivo para el pánico», señala el presidente, quien, con todo, da también otras pistas, al afirmar: «No queremos renunciar a los créditos extranjeros, aunque sean menos». «Necesitamos más dinero para nuestras tareas estratégicas, ya que nuestra economía debe ser reestructurada. Para estos fines queremos usar ahora los créditos extranjeros», afirma. Con todo, Yeltsin reconoce que Rusia no ha usado «de forma óptima» los créditos anteriores. No está claro si, en caso de solicitar nuevos créditos en Bonn, Yeltsin apuntará hacia las instituciones financieras internacionales o hacia la administración alemana, cuyos representantes tratan hábilmente de dirigir posibles solicitudes hacia cauces multilaterales.
La cumbre de Bonn es la primera de una nueva serie, en la que los dos países están representados no sólo por sus máximos dirigentes políticos, sino también por un amplio número de ministros, siguiendo el modelo de las relaciones de Alemania con Francia, España, Polonia e Italia. Aunque en la cumbre participan, al menos, ocho ministros por cada parte (incluidos los de Exteriores, Defensa, Finanzas, Interior y Energía Atómica), medios políticos rusos señala que Moscú aspira a un nivel de colaboración aún más estrecho, semejante al que el presidente De Gaulle y el canciller Adenauer dieron a las relaciones franco-alemanas con el Tratado del Elíseo.
Si, por su formato, la cumbre de Bonn inagura una nueva época, en lo que se refiere a sus interlocutores, podría concluirla, en caso de Kohl pierda las elecciones de septiembre. Por lo que pueda suceder, Yeltsin se entrevistará con el candidato a la presidencia del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Gerhard Schröder, y con Rudolf Scharping, responsable de la política exterior del SPD y ministro de Exteriores en la sombra.
Relaciones sin sauna
En sus primeras manifestaciones sobre política rusa, efectuadas a fines de mayo ante un grupo de gobernadores rusos, Schröder anunció que buscará una base de entendimiento más amplia que las relaciones personales de los líderes, que deben «entenderse bien, pero no necesariamente acabar en la sauna», según señaló en una clara alusión a la estrecha amistad entre Kohl y Yeltsin.Para Yeltsin y para Rusia, el cambio de equipo en Bonn podría suponer, de entrada, una perdida de influencia y una mayor marginación, señalan medios políticos tanto alemanes como rusos. Rusia no es uno de los objetivos claves del SPD, que vio debilitarse sus relaciones con Moscú, cuando Mijaíl Gorbachov, el dirigente por el que había apostado, perdió su puesto y su peso político. Las prioridades de Schröder, que representa una generación menos traumatizada por la guerra que la de Kohl, están en la política interior.
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