La recuperación de tierras en Doñana costará 11.000 millones, según la Junta

El Gobierno andaluz estima que el coste de la retirada de lodos tóxicos y la compra de terrenos contaminados por los vertidos de la minas de Aznalcóllar (Sevilla) puede ascender a unos 11.000 millones de pesetas, según las previsiones que maneja la Consejería de Agricultura a partir de referencias actuales del mercado agrícola. El Consejo de Gobierno andaluz aprobó ayer iniciar los trámites del anteproyecto de ley de crédito extraordinario por importe de 8.000 millones de pesetas para limpiar la zona y adquirir terrenos.

De este modo, la Junta adelanta un dinero que financiará mediante endeudamiento y con los ingresos que aporte la empresa Boliden, propietaria de las minas, la UE y la posible colaboración de la Administración central. Además, el Consejo de Gobierno acordó declarar de urgencia los trabajos de retirada de los lodos. Se trata de un mecanismo administrativo a partir de la ley general de Salud que respalda legalmente la actuación de la Junta en fincas particulares.

El Gobierno autonómico, a través de su portavoz, Rafael Camacho, expresó su voluntad de negociar con cada uno de los propietarios para comprar los terrenos afectados y advirtió de que, en caso de no haber acuerdo, se procederá a la expropiación forzosa. El Ejecutivo tiene previsto poner un fecha tope para la compra de tierras.

Críticas

Mientras, los ingenieros de Minas reunidos en Valencia durante el Congreso Internacional de Minería y Metalurgia coincidieron ayer en sus críticas a la Administración al emplear maquinaria pesada para la retirada de los lodos dispersados aguas abajo de la balsa de Boliden, informa desde Valencia Federico Simón . A su juicio, la torta de residuos compactados debería separarse del suelo agrícola con cuidado de no mezclarla con éste. «Deben retirarse ya; por muy caro y complicado que parezca, es la opción más sencilla y barata», insistió Juan Llamas, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, que también aconsejó incentivar a los propietarios para que aparten manualmente la costra negra, incluso pagándoles cantidad de lodo retirado y garantizándoles indemnizaciones.Llamas explicó que los resultados analíticos de los suelos agrícolas 30 días después del desastre constatan un aumento de cinc, plomo y cobre que en algunos casos ya rozan niveles que justificaría los «estudios de remediación». En su opinión, las excavadoras sólo deberían retirar el lodo que presente grandes grosores; y el que se haya sedimentado en aguas estancadas tendría que ser bombeado, y no removido con máquinas.

Por contra, los expertos descartaron la posibilidad de que el acuífero 27 acabe contaminado por metales pesados puesto que, según explicó el catedrático de Hidrogeología Rafael Fernández Rubio, el cauce «es un río ganador», es decir, que roba agua del nivel freático en vez de aportarle agua por filtraciones. Además, explicó que el acuífero está protegido por materiales impermeables.

Por otra parte, el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, aseguró ayer en Zaragoza que el desastre de Doñana «era una catástrofe anunciada», informa Concha Monserrat. Para Mayor Zaragoza, el siniestro «ha sido la constatación de un fracaso y de que no somos capaces de aplicar la Agenda 21, que hace cinco años firmamos todos los países en Río en la Cumbre de la Tierra».

Mayor recordó que la Unesco ya recomendó, hace ocho años, que los gobiernos apoyasen los eco-empleos y advirtió: «El medio ambiente no se protege con caridad, sino con fondos propios de las naciones».

También aseguró que en las minas de Aznalcóllar falló la prevención. «Si hubiese habido una inspección adecuada y una vigilancia permanente sobre estas industrias, las habríamos puesto en vereda. No podemos actuar cuando la catástrofe ya ha ocurrido. Hay que evitar el desastre». Para el director de la Unesco es urgente que el Parlamento legisle con urgencia, para establecer los eco-empleos, la vigilancia y la inspección.