Ley y lengua
Me dirijo nuevamente a este periódico animado por el editorial sobre la lengua española en Estados Unidos, aparecido el pasado 4 de mayo, con la esperanza de inducir a la reflexión sobre el uso de topónimos de ciudades o territorios españoles en su lengua de origen, cuando se habla o se escribe en español.Parece ser que el motivo o justificación para la utilización de unas formas sobre otras radica en que son denominaciones oficiales y únicas, que alguna comisión del Congreso acordó, ya hace algunos meses. Esto, que puede ser motivo de una lícita crítica, pues es una decisión clara en contra del bilingüismo, siguiendo las últimas tendencias de los nacionalistas, está ya aceptado y es inamovible. Pues bien, el que se hayan reconocido como únicas denominaciones oficiales las de A Coruña, Ourense, Girona, etcétera, no quiere decir que no puedan utilizarse las castellanas, avaladas por varios siglos de uso, cuando se está hablando o escribiendo en español. Utilizarlas no debe ser interpretado como imposición ninguna y ha de verse con la normalidad con la que en catalán se utiliza La Corunya o en castellano Burdeos, etcétera.- .
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