Pakistán responde con 5 pruebas nucleares
Pakistán realizó ayer con éxito cinco pruebas nucleares. Así lo anunció su primer ministro, Nawaz Sharif, en respuesta al clamor nacional en contra de las cinco explosiones indias de los pasados 11 y 13 de este mes. Sharif anunció un estricto programa de austeridad para hacer frente a las sanciones que condenarán sus pruebas. Esta madrugada, el presidente Mohamed Rafiq Tarar decretó el estado de emergencia. Pero lo más importante ya se había logrado: igualar a su vecina y rival India en su exhibición nuclear, con lo que se convierte en el primer Estado islámico confesional en realizar este tipo de explosiones.
«Estamos empatados con India», declaró Sharif. Y no ha sido por voluntad propia, dijo, sino «forzados por India para salvaguardar nuestra seguridad». «Todos los ensayos han sido realizados con éxito», proclamó por radio y televisión el primer ministro paquistaní. «Es un día bendecido por una importancia histórica. Nuestra respuesta era inevitable».Con todo, el teórico empate puede no haber bastado a Islamabab. Un satélite espía de EE UU ha detectado otro lugar en Pakistán donde se podría estar preparando una nueva detonación, según un responsable estadounidense citado anoche por la cadena CNN. «Da la impresión de que estarán en condiciones de hacer una nueva prueba en los próximos dos días», confirmó otro funcionario desde el anonimato.
Inmediatamente después del anuncio oficial paquistaní, miles de persona invadieron las calles de Islamabad, Karachi, Lahore y otras grandes ciudades del país para celebrar la nueva exhibición de poder ante la vecina India. «Pakistán se ha convertido en la primera potencia nuclear musulmana», clamaban los titulares de un suplemento en urdú publicado por el diario de Islamabad Ausaf. «¡Alá es grande, Alá es grande!», coreaban los paquistaníes, según relató la agencia oficial APP. Los grandes protagonistas del día eran Sharif, el jefe del Ejército, Jehangir Karmat, y el padre del programa nuclear paquistaní, Abdul Qadeer Jan, que la prensa calificó de «honor de la nación».
Sin embargo, el coste del gesto paquistaní puede ser alto. Además de las estrecheces a que pueden llevar las sanciones internacionales, esta madrugada, amparándose en el artículo 232 de su Constitución, que hace referencia a «la amenaza de agresión desde el exterior», el presidente Tarar anunció el estado de emergencia, lo que da poderes especiales al Gobierno. También se han establecido restricciones temporales sobre los movimientos de divisas.
Son las primeras pruebas nucleares que realiza Pakistán (oficialmente), y fueron efectuadas en el complejo nuclear subterráneo de Dostan Wadh, en una zona semidesértica al suroeste de Quetta, cerca de la frontera con Afganistán. Se trata de Beluchistán, la región más pobre y desértica de este país de 140 millones de habitantes.
El Servicio Geofísico de Rusia percibió en esta área un temblor que alcanzó 4,9 grados en la escala de Richter, lo que equivale a una explosión de cinco kilotones, informa Rodrigo Fernández desde Moscú. Ocurrió pasadas las doce de la mañana, hora peninsular española. Los servicios de espionaje de Estados Unidos confirmaron que Pakistán realizó al menos dos pruebas nucleares, y la Organización Geológica de Australia también percibió dos.
El Gobierno paquistaní pondrá en marcha un plan de austeridad para hacer frente a las sanciones internacionales, que Sharif calificó de «injustas». Los altos cargos del Gobierno y del Ejército sufrirán recortes en sus ingresos. El primer ministro anunció que él mismo abandonará su residencia oficial para dar ejemplo de austeridad en un nuevo periodo de ajuste para hacer frente a las sanciones.
Pakistán había sido objeto durante los días anteriores de fuertes presiones por parte de Estados Unidos y otros países occidentales para que no realizara las pruebas. Pero la enemistad con India, que desafió este mismo mes a Pakistán con cinco pruebas nucleares, aceleró las cosas. India está gobernada desde marzo por una coalición dominada por los nacionalistas hindúes.
Las cinco pruebas paquistaníes se han convertido en la culminación de un programa nuclear que nació el 31 de julio de 1976, dos años después del primer ensayo atómico indio. Después de la primera prueba del país vecino, el entonces primer ministro, Zulficar Alí Bhutto, declaró: «Si India construye la bomba, nosotros también la fabricaremos, aunque para ello debamos comer hierba y hojas».
Para los paquistaníes, que viven en una fuerte dependencia de las ayudas y créditos externos, las sanciones supondrán un golpe bastante más fuerte que para sus vecinos indios. Pakistán fue uno de los principales receptores de ayuda económica y militar de EE UU hasta 1990, cuando Washington, precisamente preocupado por su programa nuclear, suspendió los suministros. Islamabad dedica la cuarta parte de su presupuesto a gastos militares.
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