Redada preventiva
MÁS QUE cazar a ningún oso en su cueva, ha sido como pegar una patada en un hormiguero, como reconoció un responsable francés. La redada simultánea realizada ayer en Francia y otros cuatro países vecinos -Italia, Alemania, Suiza y Bélgica- contra supuestos disidentes del violento Grupo Islámico Armado (GIA) argelino tiene mucho de labor preventiva y disuasoria con vistas a garantizar la tranquilidad para la Copa mundial de fútbol que se inaugura en Francia el próximo 10 de junio. Es natural que París quiera evitar cualquier acto terrorista. Pero debe hacerlo sin enajenar aún más a la población inmigrante.Estas redadas, preparadas desde meses atrás y coordinadas por las policías de cinco países europeos, se han llevado a cabo de madrugada, para efectuar la detención de 76 personas en total, la mayoría posteriormente puestas en libertad. No parece la forma de actuar más adecuada ni la que más respeto granjee entre los inmigrantes de origen magrebí, y en particular entre los argelinos. Pero tampoco buscaban estas redadas infundir respeto, sino miedo y disuasión.
Por las escasas informaciones facilitadas, las redadas no han producido grandes frutos, aunque en Alemania han sido detenidas dos personas de una supuesta importancia para estas redes de extremistas islámicos cuyo principal cometido puede ser el transporte de armas hacia los terroristas en Argelia, y en Bélgica se ha localizado a un supuesto fabricante de bacterias altamente tóxicas.
Sin duda, el terrorismo argelino es la gran pesadilla francesa con vistas a este Mundial. Desde el atentado de diciembre de 1996 en el metro de París, que segó la vida de cuatro viandantes y dejó decenas de heridos, no se han vuelto a producir, sin embargo, actos de este tipo en suelo francés, aunque hace dos semanas se localizara en París, abandonado, un artefacto explosivo de escasa potencia. De hecho, buena parte de la política de Francia hacia Argelia y en materia antiterrorista ha venido dictada por la prioridad básica de evitar que se produzca este tipo de acciones violentas. Es de esperar que los Mundiales se desarrollen en un clima de serenidad, aunque las amenazas de huelgas de pilotos de Air France y de maquinistas de tren ensombrezcan el panorama.
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