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Cuidado con el Viagra

Las autoridades de EE UU piden calma, tras la muerte de seis personas que habían consumido el fármaco antiimpotencia

Ayer, los estadounidenses recibieron la noticia más preocupante hasta la fecha sobre los posibles efectos secundarios de lo que se viene anunciando como la fórmula mágica contra la impotencia: seis hombres que tomaban Viagra han muerto desde que el medicamento se puso en el mercado el pasado 6 de marzo. La FDA, agencia federal que regula la comercialización de los alimentos y las medicinas en Estados Unidos, así como Pfizer, la empresa que vende el Viagra, dicen que no está claro si la píldora está directamente relacionada con las muertes, si es que existe alguna interacción con otro tipo de tratamiento, o si tal vez no tiene nada que ver en absoluto. Pero la investigación está en marcha y la alarma es evidente.Tanto Pfizer como las autoridades sanitarias y los médicos que lo recetan vienen diciendo desde el primer día que el Viagra requería un mayor periodo de pruebas y contrastación, y que la impotencia no es un tema de broma para tomarse a la ligera. Pero la publicidad y los chistes fáciles estaban descontrolados también desde el primer momento. Como ejemplo de los inútiles esfuerzos de Pfizer por controlar la imagen de su producto, en todo el mundo se ha difundido que su nombre es una combinación de «vigor» y «Niágara», algo que la empresa niega. El término «disfunción eréctil», preferido por Pfizer y la comunidad científica, tampoco ha calado entre el gran público.

«Seguimos creyendo que el medicamento es seguro y efectivo para sus indicaciones en los pacientes afectados», dijo ayer la portavoz de la FDA, Laurie McHugh. Se calcula que un millón de hombres en Estados Unidos han tomado Viagra. También lo han hecho un número indeterminado de mujeres, pese a las advertencias en contra de la FDA. Durante las pruebas clínicas del Viagra, que se realizaron en diversos países, murieron ocho pacientes, pero en ninguno de los casos se descubrió relación alguna con el fármaco. Pfizer dice que por ahora no hay nada que contradiga los resultados de sus pruebas, y que, por lo general, quienes toman Viagra son personas de edad avanzada que pueden tener otros problemas de salud.

En las últimas horas, además, se ha reforzado la advertencia sobre una de las más importantes contraindicaciones del Viagra: la nitroglicerina. Este producto se administra frecuentemente a pacientes con dolores cardiacos en casos de emergencia para reducir la presión sanguínea, es decir, justo el efecto contrario del Viagra. Cuando se ha tomado Viagra y luego se administra nitroglicerina en un plazo de 24 horas, el riesgo de muerte por disminución súbita de la tensión es muy peligroso. La semana pasada, el New England Journal of Medicine informó de que, según su parecer, la erección que proporciona el Viagra no es tan completa y satisfactoria como la de una persona en plena salud sexual. Varios médicos consultados por la cadena CNN dijeron que sabían de casos de pacientes que sufrían depresión cuando el Viagra no funcionaba como habían esperado.

Mientras tanto, la píldora romboide de color azul sigue causando estragos en el campo del humor popular, habiéndose convertido en la coletilla de incontables bromas, a cuál más previsible.

También prolifera en el mercado negro. Anteayer desapareció un cargamento de Viagra en el puerto de Caracas (Venezuela). No se sabe cuántas píldoras fueron sustraídas, pero sí que en el mercado negro su precio puede doblar el establecido legítimamente (10 dólares, unas 1.500 pesetas). También la semana pasada, en Kansas City (Misuri), una empresa se puso a vender una imitación de Viagra por correo, a la que llamaba Vaegra para confundir al personal, y recibió una multa de 25 millones de pesetas por fraude.

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