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El juicio del caso que abrió la "crisis del euskera" pudo celebrarse a la cuarta

Aurora Intxausti

La designación de abogados de oficio para defender a procesados euskaldunes impidió ayer una nueva suspensión de un juicio en la Sección Primera de la Audiencia Provincial que había sido aplazado en tres ocasiones anteriores. Los abogados Jon Ander Arrieta, concejal de Eusko Alkartasuna en Rentería, y Jon Agote aceptaron la defensa de los acusados por imperativo legal. Los acusados expresaron su renuncia a los abogados por no haber sido designados por ellos y se negaron a testificar.

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El Colegio de Abogados de Guipúzcoa acudió a la vista como observador

El presidente de la Sala, José Luis Barragán, se negó a aceptar la recusación que los procesados, el sacerdote José Manuel Balenciaga y José Miguel Etxeberria, realizaron a sus defensores, designados por el Colegio de Abogados de Guipúzcoa, y el tribunal les juzgó por apología de terrorismo. Los acusados pidieron que el juicio se realizase íntegramente en euskera, a pesar de que uno de ellos, el sacerdote José Manuel Balenciaga, no domina esa lengua con fluidez. Un ertzaina, testigo del fiscal, declaró ante el tribunal que durante el interrogatorio que practicaron en la comisaría tuvo que hacerlo en castellano, porque el cura no le entendía las preguntas cuando lo hacía en euskera. El juicio contra José Manuel Balenciaga y José Miguel Etxeberria desató la polémica sobre la utilización del euskera en la administración de Justicia en el País Vasco. Con posterioridad, varias vistas orales han tenido que ser aplazados en la Audiencia de San Sebastián y en Gernika, ante la negativa de los acusados a ser defendidos por sus abogados mientras se sigan utilizando traductores. Balenciaga y Etxeberria se negaron a testificar después de reclamar que el juicio se celebrase en euskera y sin traductores. "Si el fiscal y el tribunal no son euskaldunes, es su problema. Yo quiero que me entiendan en mi lengua. El que estoy en mi casa y en mi pueblo soy yo", indicó Etxeberria. Los testigos tuvieron que declarar ayer detrás de un biombo, a petición del fiscal, debido a que uno de ellos manifestó haber sido amenazado en varias ocasiones en relación a este proceso. El fiscal José Griao pidió penas que suman 2 años y 9 meses de prisión para Balenciaga y Etxeberría como autores de un presunto delito de apología del terrorismo. Los abogados reclamaron la absolución de sus defendidos. Los hechos se produjeron el 24 de setiembre de 1995 cuando el sacerdote Balenciaga y José Miguel Etxeberria viajaban en un tren y protagonizaron un incidente con el interventor de Renfe. En el transcurso de los altercados gritaron "Gora ETA" y "Policía asesina" y amenazaron con quemar el tren, por lo que fueron detenidos por agentes de la policía vasca, según el fiscal. Los testigos de la acusación, dos empleados de Renfe y otros dos ertzainas, ratificaron el relato de los hechos presentado por el representante del ministerio fiscal.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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