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Estudiantes andaluces de Documentación Sanitaria, sin trabajo por un "vacío legal"

Carmen Morán Breña

Para estudiar Documentación Sanitaria en Andalucía sólo hay una manera. Pagar cerca de 600.000 pesetas y asistir al curso de 1.400 horas, entre la teoría y la práctica, que se imparte en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo. 19 alumnos lo hicieron este año. Dicen que son los primeros y, por ahora, los únicos en toda la comunidad. La Documentación Sanitaria consiste en crear archivos identificando los historiales médicos a través de códigos para facilitar una información más rápida y precisa, algo que, tradicionalmente, han venido desarrollando médicos y ATS. Esta tarea, que "desde hace años se práctica en Estados Unidos, facilita tanto la gestión como la parte clínica", explica Purificación Gil, una de la tituladas en Documentación Sanitaria. "En España también es obligatorio", añade María José Fernández, otra alumna. Con las expectativas laborales de su parte, estos estudiantes se pusieron manos a la obra al acabar sus estudios. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando en todos los sitios les decían lo mismo: ¿titulado en qué?, ¿y eso qué es? Nadie parecía conocer lo que se está convirtiendo en una carrera fantasma. En los hospitales privados tampoco han tenido mucha suerte pero, convencidos de que la dirección de los centros sanitarios conocen perfectamente este trabajo, saben que podrían trabajar con un poco de suerte. El verdadero problema se plantea desde el punto de vista de la sanidad pública que es el máximo empleador de trabajadores que han acabado una titulación sanitaria. Cuando estos alumnos acudieron a la bolsa de empleo del Servicio Andaluz de Salud (SAS), condición indispensable para trabajar en verano, se encontraron con que su titulación, reconocida por la Consejería de Educación no tiene reflejo entre los empleos del SAS aunque ya habían trabajado en hospitales públicos durante las prácticas de su carrera. Agunos incluso cursaron la solicitud que les fue devuelta porque uno de los requisitos es encuadrarse en un nivel de titulación y ellos no pueden. "Creemos que es unproblema causado por la etapa de transición por la que está pasando la reforma en los estudios. Nosotros no somos ni Formación Profesional II ni Diplomados", explica Manuel García Villegas, uno de los afectados por lo que él llama "un vacío legal". Desde el SAS explican que es el Sistema Nacional de Salud, dependiente del Ministerio de Sanidad "el que debe reconocer la titulación para que se valore en la bolsa de trabajo". El SAS podría hacer una normativa propia "pero limitarían la posibilidad de estos profesionales a ejercer sólamente en la comunidad". García Villegas, a la espera de una solución, se considera estafado personalmente por las promesas de un futuro laboral que se ha quedado en un peregrinar de hospital en hospital sin éxito alguno.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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