"Chapuzas" a domicilio

Pepe Gotera y Otilio no han perdido vigencia. Los trabajos a domicilio, la chapuza, el presupuesto con o sin IVA, la difícil reclamación, la tardanza, el sobreprecio por dificultades imprevistas siguen siendo un motivo de fuerte preocupación y queja de los ciudadanos. En el Departamento Comercio, Consumo y Turismo sonaron las alarmas ante las numerosas denuncias y consultas de los vascos por los trabajos y reparaciones deficientes que realizan en sus domicilios diferentes gremios: desde el albañil, al fontanero o el instalador de gas. Se calcula que un 20% de todas las consultas realizadas a los servicios de consumo del departamento están relacionados con este tipo de servicios. Y no son pocas. Las Oficinas de Consumo registran cada año más de 1.500 reclamaciones y 5.000 consultas. A ellas hay que sumar los 10.400 casos antendidos por teléfono. Estos datos llevaron a Consumo a realizar una inspección a las empresas y profesionales que prestan estos servicios. Su resultado establece que los ciudadanos no se quejan sin motivo, ya que en gran medida se incumplen las normas fijadas en un decerto del Departamento. Especialmente, en el capítulo de los presupuestos de obra o reparación y que, según los datos de la investigación, contienen numerosas irregularidades. En esta inspección se incluyeron actividades como las obras de pintura y albañilería en el hogar, el acuchillado de suelos, el cambio de moquetas, la renovación de cocinas y baños, los derribos, los arreglos de electricidad, la instalaciones de gas natural, la rehabilitaciones de fachadas o escaleras, la instalación o cambio de ascensores, la calefacción, el acondicionamiento del aire y la fontanería, entre otros. Todo un espectro en el que los personajes del tebeo de Ibáñez eran maestros por tradición. Para que la muestra o la inspección tuviera una cierta validad y fuera representativa, Consumo controló a un total de 122 profesionales, fundamentalmente instaladores de electricidad, fontanería, gas y albañilería, de los cuales 26 desarrollan sus servicios en Álava, 53 en Vizcaya y 43 en Guipúzcoa. Estas actividades profesionales están reguladas por un decreto del Gobierno vasco que establece, entre otras cosas, el derecho a la información previa a través de un presupuesto y la obligación de entrega de la factura al cliente. En ambos documentos se deben determinar los precios, impuestos incluidos, de mano de obra y material empleado, quedando clara la identificación del responsable que realiza el servicio y el plazo en el que se va a efectuar. Según la inspección, 103 de los 122 profesionales realizan el presupuesto, aunque en muchas ocasiones con numerosas irregularidades. Las más frecuentes suelen ser, en el 85% de los casos, que no se indica la fecha de inicio y finalización de las obras; que no se menciona el precio de la mano de obra; que no se hace constar ningún tipo de garantía; que no se indica el periodo de validez del presupuesto; y que el precio final no incluye ni los impuestos y ni la forma de pago. En cuanto a las facturas, sólo seis de las 122 comprobadas contienen todos los datos necesarios, siendo la principal irregularidad la no inclusión en la práctica totalidad de ellas de las condiciones de garantía del servicio. El precio final con desglose de materiales, mano de obra e impuestos, no se detalla en 41 casos y en 51 de las facturas no figura la fecha y firma del prestador del servicio y del cliente. En ocho facturas no se describe el servicio realizado.