Sebastiöao Salgado, Príncipe de Asturias de las Artes por retratar «la condición humana»
«Es un respaldo moral para los que hacemos fotografía social», dice el artista
El fotógrafo brasileño Sebastiöao Salgado (Aimores, Brasil, 1945), fue distinguido ayer con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en reconocimiento a su «lenguaje práctico» y a la dimensión ética y moral de sus trabajos, con los que ha retratado «la condición humana» y denunciado «las desigualdades». Salgado, colaborador de El País Semanal, está en Shangai realizando un reportaje para su serie sobre las emigraciones . «Compensaciones como éstas son las que te permiten seguir», aseguró al conocer el premio. Es la primera vez en los 18 años de los Príncipe de Asturias que se premia la fotografía.
El fotógrafo Sebastiöao Salgado, cuya candidatura fue propuesta por el músico Yehudi Menuhin -galadornado el año pasado con el Príncipe de Asturias de la Concordia-, obtuvo en la última votación el respaldo de nueve de los 14 miembros del jurado. Los otros cinco votos los recibió la candidatura del compositor Cristóbal Halffter. Con ambos había llegado a la final el arquitecto Santiago Calatrava, informa Javier Cuartas .Ajeno a lo que ocurría en Oviedo, Salgado acababa de dejar la bolsa con sus cámaras fotográficas sobre la cama de su habitación, en un hotel de Shangai, cuando sonó el teléfono. Era Lélia, su esposa, quien desde París le comunicaba la noticia del premio. «Ha llegado en un momento maravilloso para mí», dijo Sebastiöao, «porque son compensaciones como éstas las que te permiten seguir», aseguró poco después en el curso de una conversación telefónica con EL PAÍS. «Estoy sorprendido y entusiasmado. Es un honor enorme, pero no sólo para mí. También para todos los fotógrafos que se dedican a los reportajes sociales; para todo el mundo latino, del que provengo; para mis amigos y para la gente a la que respeto en Brasil», añadió. Salgado quiso conocer después los nombres que le habían precedido y se sintió especialmente emocionado al saber que era el primer fotógrafo en recibir el Príncipe de Asturias de las Artes.
Sebastiöao Salgado ha pasado sólo 10 días en París desde que comenzó 1998. Ha estado realizando reportajes en El Cairo, Chiapas, México D. F., en la selva de Brasil y ahora en Shangai, donde llegó el pasado 25 de abril y donde permanecerá hasta el 22 de mayo, historias todas pertenecientes a su proyecto sobre las migraciones y las megaciudades, que se está publicando íntegramente en El País Semanal y que finalizará en el año 2000.
«Subir la moral»
«Un reconocimiento de esta magnitud ayuda a subir la moral», explica. «Viajo solo. Trabajo de día y me encierro por las noches en la habitación. No salgo ni para cenar. Hoy he estado caminando por los mercados de Shangai y volveré otra vez mañana. He sacrificado la parte afectiva de mi vida, la relación con mi familia. Querría estar cerca de mi nieto. Muchas veces me cuestiono si es razonable lo que hago. A veces pierdo la esperanza. Ves a tanta gente sufriendo y piensas que no hay respuestas adecuadas. Pero entonces, como ahora, cuando no estaba en un buen momento por razones físicas, llegan compensaciones de este tipo que te ayudan a seguir», añadió.«Nuestro trabajo a veces no es comprendido. Pero los fotógrafos no creamos los problemas. Nos limitamos a enseñarle a una parte del mundo lo que sucede en otros lugares», dice con firmeza. «Hay que provocar que la gente reaccione, que nuestras fotos provoquen el debate. Si la Prensa no cumple ese papel, correremos un riesgo enorme. Por eso es tan importante este premio. Porque es un respaldo moral para los que nos dedicamos a la fotografía social y también para los jóvenes que quieren seguir el camino».
Salgado realizó el pasado verano un durísimo reportaje sobre las pateras en el estrecho de Gibraltar. Todavía se muestra afectado: «Me impactó la fosa común del cementerio de Tarifa, en la que están los restos de los emigrantes ahogados y no identificados. Mientras hacía la foto pensaba en las familias de esos emigrantes que esperaban la ayuda económica de sus jóvenes y que ni siquiera saben que están muertos. El Estrecho es la ruptura dialéctica entre dos mundos. Es durísimo».
El fotógrafo brasileño regresará a París para partir inmediatamente hacia Palestina -«si logro los permisos»-. Y luego, el descanso. «El 9 de junio me paro. Me sentaré en el sofá de mi casa frente al televisor y veré todos los partidos del Mundial de Fútbol. Son mis vacaciones. Soy brasileño y el mundo se detiene para mí cada cuatro años».
El arte de la fotografía
Con la decisión de dar el Premio Píncipe de Asturias de las Artes a un fotógrafo tan significativo como Sebastiöao Salgado, el jurado no sólo distingue, sin embargo, la obra del creador brasileño por sus valores prácticos y sociales, sino que al tiempo ha querido expresar su reconocimiento de la fotografía como una más de las bellas artes, tal y como pusieron de manifiesto, entre otros miembros del jurado, el periodista y compositor Guillermo García-Alcalde y la directora de la colección de arte contemporáneo de la Fundación La Caixa, María Corral.Con este premio se amplían las fronteras de un galardón, cuyo palmarés se había constreñido hasta ahora a los ámbitos de la música, el teatro, el cine, la pintura, la escultura y la arquitectura.
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