Inquietud por Latinoamérica

El reciente asesinato del obispo Juan Gerardi siembra la inquietud, una vez más, en el corazón de aquellos que se preocupan por Latinoamérica. Como otras muchas víctimas en la región, el obispo era un activista de los derechos humanos, responsable de la Oficina de Derechos Humanos del arzobispado guatemalteco.

Dos días antes del asesinato, el 26 de abril, había presentado un informe sobre la violación de los derechos humanos en Guatemala durante los 36 años de guerra civil. El informe responsabiliza al Ejército y sus aliados del 80% de los asesinatos. (...) Hoy, la respuesta de Guatemala muestra cuánto han cambiado los tiempos en América Central. La población ha reaccionado con igual tristeza, y el Gobierno ha asignado a la investigación a 150 oficiales, que están siendo apoyados por el FBI.

Si monseñor Gerardi fue asesinado por mandos militares, no está muy claro que el Gobierno sea capaz de procesarlos. Ningún alto oficial ha sido nunca condenado por abusos de los derechos humanos contra los guatemaltecos. El Gobierno también es consciente de que el caso será observado internacionalmente para medir el éxito del proceso de paz. Pero el auténtico examen para Guatemala es hacer justicia no sólo en este caso, sino también en los casos presentados en el informe, según el cual se han producido miles de asesinatos políticos de los que el mundo no sabe nada.

7 de mayo