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Chirac y Kohl anuncian una iniciativa conjunta para revitalizar la Europa de las naciones

, Confiar en que las diferencias franco-alemanas se resolvieran en unas horas era evidentemente esperar una quimera. Franceses y alemanes se aplicaron ayer en Aviñón a la tarea de recomponer discretamente, en lo posible, los platos rotos de la pasada cumbre del euro y a prodigar los gestos dirigidos a enfatizar las concordancias existentes. El mensaje de que el eje franco-alemán sigue existiendo y funcionando acompañó al al anuncio de una iniciativa conjunta de París y Bonn para revitalizar la Unión Europea y precisar las competencias de las regiones y los Estados frente a Bruselas.

«La construcción europea no debe difuminar la idea de las naciones», indicó Jacques Chirac, reproduciendo el mensaje lanzado por el canciller alemán, Helmut Kohl. Kohl y Chirac anunciaron la decisión de la de enviar a la cumbre de Cardiff, en junio, una iniciativa, previa a la reforma institucional comunitaria, destinada a garantizar la vinculación y participación ciudadana en el proyecto europeo en los tres niveles: el regional, el estatal y el comunitario. «Yo le llamo la "Europa de los Estados", pero el canciller le llama una Europa fundada sobre la identidad de cada una de nuestras naciones», indicó Jacques Chirac. «Se trata añadió de especificar las competencias de las autoridades locales, estatales y comunitarias», afirmó.Oficialmente, la cuestión de la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) ni siquiera surgió en las conversaciones privadas que Kohl mantuvo por separado con Chirac y con el primer ministro Lionel Jospin. Más aún, la conferencia de prensa conjunta que clausuró la 71ª Cumbre Franco-alemana terminó entre risas. Pero París y Bonn temen el efecto que sus aireadas divergencias pueden desencadenar entre los numerosos euroescépticos de sus respetivos países y aguar las esperanzas que los mercados han depositado en el nacimiento del euro.

Precisamente, el primer ministro francés aludió a la repercusión mediática de la crisis abierta en Bruselas en unas declaraciones que pueden ser interpretadas como un reproche, implícito, al papel que la presidencia británica, y en concreto Tony Blair, desempeñaron en la pasada cumbre comunitaria.

Considerada rutinaria antes del estallido de la crisis, la cumbre de Aviñón sirvió para renovar el propósito de recomponer el eje franco-alemán, que seguirá siendo indispensable en la fase de la construcción política europea. Las relaciones entre ambos países están en todo caso condicionadas por la falta de sintonía personal entre Kohl y Chirac.

Con el propósito quizás de hacerse perdonar la áspera discusión de Bruselas, el presidente francés rindió ayer público homenaje al papel ejercido por Kohl en la construcción europea y proclamó su deseo personal de que el canciller sea reelegido en las elecciones alemanas de septiembre. «Yo lo deseo», apuntó Chirac, rápido de reflejos, después de que Kohl reiterara su voluntad de ser reelegido.

El encuentro estuvo centrado, además, en la urgencia de crear un grupo aeronaútico europeo a partir del Airbus y de las actuales industrias militares, capaz de competir con EE UU. «Debemos avanzar más rápido», indicó el primer ministro francés. El canciller alemán respaldó a Jospin. «Tenemos que darnos prisa en la reestructuración de la industria civil y militar», dijo, «para poder hacer frente al desafío lanzado a los europeos».

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