El Senado estadounidense aprueba la ampliación de la OTAN al Este
El principal obstáculo para materializar la ampliación de la OTAN decidida en la cumbre de Madrid en 1997 quedó despejado en la madrugada de ayer cuando el Senado de Estados Unidos aprobó la incorporación a la Alianza de Hungría, Polonia y la República Checa. El resultado de la votación -80 a favor, 19 en contra y una ausencia- cumplió el requisito requerido de una mayoría de dos tercios. Bill Clinton expresó su satisfacción por este triunfo de una de sus principales iniciativas de política exterior.En Varsovia, Praga y Budapest se produjeron ayer las primeras manifestaciones de euforia gubernamental por haber salvado el escollo estadounidense. El primer ministro polaco, el conservador Jerzy Buzek, agradeció a Washington haber tachado definitivamente la sombra de Yalta que planeaba sobre su país. El jefe del Gobierno húngaro, el ex comunista Gyula Horn, consideró la decisión del Senado norteamericano «un signo de que Hungría puede responder a las exigencias internacionales de libertad, democracia y economía de mercado».
El apoyo a la primera expansión de la OTAN en lo que fueron territorios del Pacto de Varsovia contó con el apoyo de los dos partidos norteamericanos: 45 senadores republicanos y 35 demócratas se declararon favorables a la admisión de checos, húngaros y polacos. Los que se opusieron, 10 demócratas y 9 republicanos, expresaron dos tipos de objeciones: el temor a despertar el nacionalismo ruso y los costes de la ampliación para los contribuyentes norteamericanos.
«Este es el comienzo de otros 50 años de paz», declaró el demócrata Joseph Riden, muy activo en la campaña a favor de la ratificación de la expansión de la OTAN. «En cierto modo, estamos corrigiendo la injusticia histórica que Stalin cometió con polacos, checos y húngaros». Los tres Estados centroeuropeos se unirán formalmante a la alianza occidental dentro de un año, con ocasión del 50º aniversario de la OTAN y después de la aceptación de cada uno de los 16 miembros actuales.
Clinton, principal motor de la ampliación, difundió un comunicado en el que calificó la votación senatorial de «una piedra importante en el camino hacia una Europa unida, democrática y pacífica». La expansión de la Alianza, añadió, «reduce los riesgos de que los hombres y mujeres de EE UU tengan que volver a combatir en los campos de batalla europeos». Su ministra de Exteriores, Madeleine Albright, de origen checo, dijo en Seúl que los tres países a los que Washington ha dado luz verde «formarán parte de la familia».
«El mensaje de esta votación», según Clinton, «es claro: el apoyo estadounidense a la OTAN es firme, nuestro liderazgo en materia de seguridad en ambas orillas del Atlántico es fuerte y existe un apoyo sólido de los dos partidos a un papel activo de EE UU en el mundo».
EE UU se ha convertido en el quinto miembro de la OTAN, tras Canadá, Dinamarca, Noruega y Alemania, en aprobar la ampliación. Washington se compromete a defender a los tres países frente a cualquier agresión de terceros, lo que supone su mayor compromiso militar desde el final de la Guerra Fría.
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