Benidorm prevé ingresar cada año 1.000 millones por el uso de aceras
Aliviar la deuda municipal y alcanzar liquidez para las arcas locales requiere esfuerzos, y los ciudadanos no se quedarán al margen. El Ayuntamiento de Benidorm, uno de los más endeudados de España, ha inventado un nuevo impuesto que comenzará a aplicarse con carácter general a partir del año 2000. Se trata de cobrar a comercios y restaurantes por utilizar las aceras para instalar expositores de sus mercancías y habilitar comedores con mesas y sillas.
En todos los casos, los establecimientos suelen disponer de esas zonas con carácter exclusivo al levantar cerramientos sin autorización alguna. En este sentido, y ante una política de hechos consumados, práctica común en Benidorm desde la década de los sesenta, las autoridades locales han pensado que lo mejor es regular esos cerramientos y sacar tajada del asunto. Los conocidos como retranqueos, que confieren a la ciudad un particular aspecto de zoco africano sin orden ni concierto dada su irregular distribución, serán legalizados a cambio de una tasa anual con la que el Ayuntamiento de Benidorm espera recaudar la friolera de 1.000 millones de pesetas anuales. Los técnicos municipales han contabilizado hasta 1.116 negocios que ocupan aceras con carácter fijo, sobre todo las más cercanas a la primera línea de mar y las amplias avenidas, y la operación se aprovechará para dar uniformidad a este gigantesco bazar que es Benidorm (1.897 comercios de todo tipo de mercancías, 347 restaurantes y 920 bares y cafeterías, según el último censo oficial) para adecentar su imagen urbana. De esta forma, los materiales que ahora se utilizan (lona, vidrio, aluminio, plásticos, uralita o hierro, cuando no trabajo de albañilería pese a su manifiesta ilegalidad) serán alterados en beneficio de una imagen común para que esos negocios mejoren de aspecto y, de paso, contribuyan a consolidar un estilo urbano propio. Los técnicos municipales llevan meses estudiando la viabilidad técnica y legal de la propuesta. El trabajo de varios departamentos, dirigidos por el sociólogo y urbanista José Miguel Iribas, ha servido para redactar un plan especial de retranqueos que pronto será sometido a debate de los grupos políticos. El nuevo impuesto comenzará a aplicarse en el año 2000, y será entonces cuando el Ayuntamiento de Benidorm planteará la posibilidad de cobrar también por los cerramientos de los balcones y terrazas en viviendas particulares, operación calculada para ingresar otros 2.000 millones de pesetas anuales. Para el alcalde de Benidorm, Vicente Pérez Devesa, esas medidas se adoptan con un único objetivo: buscar fórmulas financieras para administrar la ciudad, con una deuda pública superior a los 15.000 millones de pesetas a la que es "imposible" hacer frente en las actuales circunstancias, con una población de hecho muy superior a la de derecho. "Gastamos más de lo que ingresamos", señala el primer edil, "porque estamos obligados a dar servicio a todos los que residen o visitan Benidorm, y entonces es lógico que la deuda se genere y crezca cada anualidad".
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