Expertos en oceanografía constatan los avances en la depuración del Cantábrico

Los proyectos de saneamiento que se están emprendiendo a lo largo de todo el litoral vasco y el cierre de las empresas más contaminantes están favoreciendo la depuración progresiva del mar Cantábrico. Esta es la conclusión del Coloquio Internacional de Oceanografía del Golfo de Vizcaya, celebrado en San Sebastián, que también apunta la necesidad de no ampararse en la capacidad del océano para dispersar los desechos para aumentar los vertidos.

Las cuencas del Nervión y del río Deba y la bahía de Pasaia son los tres puntos negros donde se registran mayores índices de vertidos insalubres, aunque "la instalación de interceptores y depuradoras para el tratamiento de las aguas en las zonas más críticas está incidiendo positivamente en la purificación del Cantábrico", subraya Ángel Borja, jefe del Departamento de Oceanografía y Medio Ambiente Marino de Azti (Instituto Tecnológico Pesquero y Alimentario). En los principales focos contaminantes deberá cumplirse una directiva europea según la cual se exige la colocación antes del año 2002 de estaciones depuradoras para el saneamiento integral de las aguas contaminadas que se conducen al mar. La construcción del emisario submarino de San Sebastián para verter los residuos mar adentro y las obras que se están llevando a cabo en el Nervión y el Deba permiten abrigar esperanzas de que en esa fecha "se habrá alcanzado una disminución casi definitiva de la contaminación en la costa vasca", comenta Borja. "La recuperación de los ríos", explica Borja, "a medida que van entrando en funcionamiento las sucesivas fases de saneamiento es un hecho esperanzador, por cuanto la respuesta del medio marino es muy rápida. La colonización de las especies es muy buena, lo que demuestra que el medio marino es muy agradecido a las políticas y acciones positivas que se ejercen sobre él". Los avances conseguidos en lugares como Lekeitio y Plentzia, donde actualmente los vertidos son insignificantes, ponen de manifiesto el descenso en los niveles de polución. El caso más positivo se produce en el río Oria, que hasta hace pocos años registraba cotas de contaminación extremas como consecuencia de la actividad de las empresas papeleras situadas durante su curso. "En la actualidad, el río Oria se puede considerar uno de los estuarios más limpios de la costa vasca", advierte el especialista de Azti, quien destaca la creciente concienciación sobre esta cuestión: "El problema vasco reside en que los principales núcleos de población se concentran en las zonas estuáricas, donde los vertidos ocasionan un gran impacto. Ahora se vierte más al mar, aprovechando su mayor capacidad de autodepuración", agrega. Dispersión El Cantábrico es un mar con grandes turbulencias que facilita la dispersión de los materiales que se desechan, por lo que el impacto es más asumible que en un estuario, cuya tasa de renovación es sensiblemente inferior. Ahora bien, Borja reclama la atención sobre la conveniencia de no ampararse en esta realidad para realizar cualquier vertido de forma masiva e incontrolada. Durante el simposio que se ha desarrollado en San Sebastián se han abordado precisamente cuestiones relaciones con este tema: la modelización costera, un sistema que permite predecir el impacto de un vertido y, a partir de ahí, la elección del mejor punto su desecho. Respecto a los principales agentes contaminantes, expertos en investigación oceanográfica han concluido que los metales pesados y los compuestos orgánicos son los que mayor daño causan al espacio marino. "El desarrollo industrial, tecnológico y demográfico es un elemento ligado al País Vasco y su incidencia en el litoral vasco es evidente", comenta Borja.