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Abucheos contra Pujals y la ley del catalán en la inauguración de la Feria de Abril en Can Zam

La alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, la socialista Manuela de Madre, ofició ayer de maestra de ceremonias en la recepción que el Ayuntamiento brinda todos los años a las autoridades que asisten a la inauguración de la Feria de Abril. Sólo faltó el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. En su lugar acudió el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals, a quien no se le escapó que "jugaba en campo contrario", como se encargaron de demostrarle las personas que le abuchearon a la entrada del recinto con gritos de "fuera la ley del catalán" y "racista".

Después del acto en la sala de sesiones, todos juntos emprendieron a pie el camino que separa la plaza de la Vila del solar de Can Zam. El tradicional encendido de bombillas inundó con un esplendor formidable el recinto, bastante concurrido ya a esa hora (21.30 horas). Las casetas de las 41 entidades aparecían flamantes aunque algo más apretadas que de costumbre por culpa de las obras del futuro parque metropolitano. Dadas las circunstancias, los alrededores del real resultarían más acogedores para una carrera de motocross, por los hoyos y desniveles que hay que esquivar. A la entrada del recinto, aguardaban a los políticos sendas pancartas, una alusiva a los cuatro únicos bomberos adscritos para una ciudad de 123.000 habitantes. El conflicto laboral de la empresa concesionaria de la limpieza viaria, que tiene convocada huelga para los próximos domingos y lunes, también planeó en el acto de inauguración. Viendo el escaso espacio libre que queda entre las casetas, uno no puede dejar de preguntarse dónde va a aposentarse la marea humana que año tras año se desplaza hasta Santa Coloma para tomarse una manzanilla y arrancarse por sevillanas. La Feria de Abril ofrece un año más como atractivo la Colla Castellera de Santa Coloma de Gramenet, que fue la encargada de dar el toque intercultural. La intención de los organizadores fue dejar claro desde el principio que ni los compases de las sevillanas ni el marcado estilo andaluz de las casetas hacen perder de vista que ésta es la Feria de Abril más concurrida del territorio catalán. Los intentos de la organización de limar asperezas con el Gobierno catalán han resultado infructuosos. Pujals se llevó ayer el abucheo que ya se incubaba desde el pasado año. En aquellas fechas fue el propio Francisco García Prieto quien, en pleno proceso de elaboración de la ley del catalán, pidió al consejero de Cultura que no asistiera a la feria aduciendo que "queriendo o sin querer" había creado malestar. Dos días después de haber anunciado que le retiraba la invitación, y tras múltiples mediaciones, García Prieto retiró el veto a Pujals y logró que las casas regionales no utilizaran la feria como punto de recogida de firmas contra la ley. La decisión de que fuera este año precisamente Pujals quien representara a Pujol en la feria ha terminado por encrespar los ánimos de quienes ven en la ley un instrumento que puede ser utilizado por los sectores del catalanismo radical contra los castellanohablantes en Cataluña. Pujals, como consejero de Cultura, es el responsable último de la redacción de la ley, que fue aprobada en el Parlament con los votos en contra de un solo partido, el PP.

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