Los rectores acusan al Gobierno del retraso en reducir las asignaturas

La reducción del alto número de asignaturas de los universitarios españoles será de muy difícil aplicación para el curso que viene, según manifestó ayer Carles Solá, presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). Solá responsabilizó al Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que dirige Esperanza Aguirre, del retraso en aprobar el real decreto necesario para Implantar esta medida de racionalización de los planes de estudio que en noviembre acordaron los rectores y la Administración. Unas horas después de que el rector Solá diera la voz de alarma, el secretario de Estado de Universidades_ Manuel Jesús González, manifestó que la aprobación del real decreto se producirá en uno de los primeros Consejos de Ministros, una vez que el ministerio ya ha recibido, justamente ayer por la mañana, el preceptivo informe del Consejo de Estado sobre el texto.

El decreto limita a nueve el número máximo de asignaturas por curso (sólo seis de ellas de forma simultánea, teniendo en cuenta que algunas son cuatrimestrales), si bien se concede un plazo hasta el año 2000 para el cambio. El actual promedio de asignaturas por curso es de 18, la mayoría de ellas de pocas horas. Con los nuevos planes, las materias cuatrimestrales deberán tener 45 horas como mínimo y las anuales, 90. Además, de cada diez horas de un crédito, un máximo de tres podrán destinarse al trabajo personal y a actividades complementarias en lugar de a las clases convencionales.

"Un milagro"

El presidente de los rectores considera que sería "un rnilagro" que las universidades llegaran a tiempo de reducir las asignaturas para el próximo curso, ya que la reorganización docente que conlleva es muy compleja y, una vez que se hayan redactado los nuevos planes, deberán ser aprobados "en tiempo récord" por el Consejo de Universidades. Por el contrario, el secretario de Estado estima que "cualquier universidad que así lo quiera, podrá tener los nuevos planes en octubre, si es que no se le presentan complicaciones con los profesores". Carles Solá pasó revista a las reformas pendientes y dejó traslucir un gran pesimismo respecto a la capacidad o la voluntad de Aguirre y sus colaboradores para afrontarlas. Además de los planes de estudio, el rector destapó la reforma del profesorado contratado (unos 22.000 profesores, muchos de ellos en situación precaria) y las graves insuficiencias financieras, que alejan cada vez más a España de los países avanzados en gasto por universitario.

Solá manifestó que los rectores han pedido al presidente del Congreso, Federico Trillo, que, al margen de posiciones partidistas, las Cortes encarguen a una comisión de expertos un informe (similar al dirigido por Ron Dearing en el Reino Unido) sobre las ,necesidades estratégicas y el modelo de universidad española a medio plazo (10 o 15 años).